Perfiles urbanos
Sueño cumplido

Los comensales enamorados con sus tragos y su comida

Los Laureles, el nuevo espacio donde trabaja Oscar Alberto Nuño.
Con el grupo humano profesional con el que cuenta Nuño, está al pie del cañón para dar una mano y seguir enamorando a los clientes con sus tragos.

Por Pedro Domínguez, de la redacción de NOVA

Asistir a un restaurante, darse el gusto de probar nuevos platos, innovar con una copa de vino, un trago o una gaseosa, marcan un antes y un después en la vida de ese comensal que, posteriormente, decidirá si vuelve a asistir al lugar o cambia de parecer.

En este punto, se encuentra Oscar Alberto Nuño que, con 52 años, rompió todos los ejes pragmáticos de una cena entre comensales y, por un buen trato, el modo de trabajo y el seguimiento de degustaciones de sus clientes, genera que ellos mismos se enamoren del modo de ejercer la profesión que tiene Nuño que, lleva consigo su amor.

Ese amor sirve directamente, para que el comensal vuelva una, dos, diez o cien veces en lo que será el año, para seguir disfrutando sus platos.

Nuño, quien nació en 1971, tuvo una primaria inolvidable en la Escuela número 8 de la ciudad de La Plata, conservó desde esa época hasta la fecha a todos sus amigos. Con una madre única, que le dedicó todo el tiempo posible a su hijo mientras era portera y además, generaba ese amor y confianza en Nuño y por el cual, era conocido por sus maestros y directores.

Ese trabajo en la escuela de su madre generó una confianza plena en el joven que directamente, cuando ingresó al San Pío a realizar el secundario, lo hiciese con excelencia, buscando siempre contentar a su familia y a él.

Claro está que era estricto en aquel entonces el establecimiento, donde se iba uniformado, respecto al aprendizaje y se debía, directamente, ir a estudiar y no pasar papelón alguno.

Ese transcurso del secundario sirvió para que Nuño se vaya formando en dos cosas, el amor por el fútbol y la coctelería. Esto último, fue poco a poco generando en sus vacaciones en Necochea, con su tío Roberto, quien era bartender y lo veía constantemente inventando y generando bebidas que servía a sus clientes.

Ya llegado a los 90, el joven eligió estudiar Educación Física por su amor al deporte pero, directamente, a los pocos meses, decidió desistir cuando se encontró con la materia anatomía. A partir de ese momento, dijo “adiós” y se enfocó directamente en lo que hacía Roberto, la coctelería.

De ese modo, partió a la Ciudad de Buenos Aires para estudiar bartender profesional y comenzó trabajando en el Sheraton.

Ya con ese avance importante en su vida, Nuño mostró su amor por la profesión y comenzó a enamorar a cada uno de sus clientes con los tragos que hacía. Posteriormente pasó por el intercontinental como jefe de bartenders, en Puerto Madero Columbus, como encargado de bar, atravesó el espacio de Divino, Doctor Jeckyll, La París, distintos boliches, bares, restaurantes y así, fue aprendiendo poco a poco a todos.

Pero, Nuño sabía que poco a poco tenía que ir escogiendo un lugar, en dónde quedarse y comenzar a incursionar en ese camino, por lo que poco a poco fue buscando en la ciudad de La Plata un espacio, mientras participaba de eventos de todo tipo, asesorando en gastronomía hasta que, con el mismo amor que lo identifica a él, encontró “Los Laureles” pero, de casualidad.

Mauro, el dueño del espacio radicado en 62 entre 8 y 9, no conocía el trabajo de Nuño y poco a poco, tras enviarle su curriculum, un amigo con el que le daba una mano constante, movió sus datos entre todos los empresarios gastronómicos hasta que, Nuño elige quedarse con “Los Laureles”.

Ese saber, le sirvió para enamorar a Mauro y quedarse en aquel lugar soñado para él, donde brinda atención personalizada a sus clientes, con un ambiente cálido y familiar.

Poco a poco, con el grupo humano profesional con el que cuenta Nuño, está al pie del cañón para dar una mano y seguir enamorando a los clientes con sus tragos y con la comida misma que se sirve en el establecimiento.

Los Laureles abren todos los días las puertas y los clientes enamorados con sus platos, saben que pueden contar con el chef, los mozos y el mismo bartender de Nuño, que le harán pasar una noche increíble.

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