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Preocupación

Una despechada total: una mujer denuncia constantemente el local de una trabajadora porque su ex la dejó

La agonía de Alejandra es constante, donde junta peso a peso mediante su local para poder seguir criando a su hija.
En diálogo con NOVA, comentó que “esta historia comenzó el año pasado, en el mes de marzo, allí mi vecina se entera que su ex novio, de 43 años, me pone un pasacalle”.

La agonía de Alejandra es constante, donde junta peso a peso mediante su local para poder seguir criando a su hija. En diálogo con NOVA, comentó que “esta historia comenzó el año pasado, en el mes de marzo, allí mi vecina se entera que su ex novio, de 43 años, me pone un pasacalle”.

En ese momento, la tensión fue creciendo al punto de que “a partir de ese momento, comenzó mi agonía, en donde por su despecho, comienza a hacer denuncias falsas, explicandole a la policía que yo quise incendiarla a ella y a sus tres hijas”.

No contenta con ello, la despechada fue por más y “comenzó a amedrentar a cada momento, se me tira abajo del auto y dice que la quise atropellar, me cerraron el negocio culpa de ella, tuvimos que poner un abogado penalista para comprobar todo y recien este mes, me dan a mi una medida cautelar”.

Lo peor de esta historia, es que la despechada sigue sacando ventaja de varias mentiras que confabuló en contra de Alejandra. Pero, la joven que se encuentra dándolo todo para cuidar a su hija, tiene el respaldo de cientos de vecinos que la apoyan incansablemente.

“Todo por un despecho de una mina psiquiátrica, no podía pisar el negocio. Me faltaba terminar la habilitación con la pandemia y, siendo mamá sola, se me dificulta y, con los cierres -sin consistencia- de mi local, se me hacía difícil llegar a fin de mes”, dijo.

Además, le comentó a NOVA que “desde esa denuncia, todos los días venía Control Urbano y me cerraban mi única fuente de trabajo. Hasta el punto de que el día que tuve el permiso de APR del local, me lo vuelven a cerrar porque me faltaba el cartón. Me lo cierran por cualquier cosa, me hicieron sacar tanques porque habilité como artículo de limpieza y ella denuncia que tengo tanques de 200 litros y así, fue pasando mi pesadilla hasta hoy en día”.

“Todo el mundo me quiere, la gente no entiende cómo existe gente así. Yo vivo con mi hija las 24 horas del día, no puedo dejarla ni para trabajar. Duerme en el local, en un colchón en el piso, no puedo ir a trabajar con ella a un nuevo empleo y no tengo quien la cuide ya que su papá tampoco existe desde sus 5 años”, concluyó.

Está historia no termina y Alejandra sigue luchando para poder abrir su local, ubicado en 34 entre 24 y 25. Mientras Alejandra sigue su lucha para darle una mejor vida a su hija, la despechada sigue poniendo palos en la rueda. ¿Hasta cuándo?

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