Perfiles urbanos
Nuevas miradas

Un grito de aliento: los libros muestran un camino de progreso

El contador público, Leandro Boccia.

Por Pedro Domínguez, de la redacción de NOVA

A lo largo de la historia, la sociedad comenzó a progresar poco a poco y era debido a los estudios e implementaciones que se daban en los diversos sistemas educativos que, con los libros en manos, salían con ideales, convicciones y un enfoque diverso para debatir.

Todo comenzó el 15 de julio de 1983, cuando nació Leandro Boccia. A partir de ese momento, comenzó el joven un camino de crecimiento, con gente que le fue marcando todo lo bueno de la vida.

Ya con 39 años, Boccia pasó por el jardín, primario y secundario del Normal número 3 de la ciudad de las diagonales, donde cosechó buenas amistades y aprendizajes únicos. Ya, cuando egresó en el 2002, optó por la carrera de Contador Público, obteniendo el título en el 2007.

En este camino, dónde conoció gente experimentada en la Universidad Nacional de La Plata, aprendió un camino donde comenzó a caminar las calles, conocer las realidades de la gente y atender a diversas preocupaciones.

Fue así como, además de trabajar en la Universidad, da clases para adultos en el programa Fines, donde conoce la realidad de todos aquellos que buscan terminar su secundario.

Con el amor que aprendió de sus padres, más su carrera en el sector privado, fue observando todo lo que ocurre a sus alrededores y siempre, con una sonrisa presente, busca mostrar que pueden haber cosas mejores en la vida.

Con la convicción firme de que con la educación se puede salir adelante, Boccia busca que todos a los que conoce y educa, sepan que con ello, pueden haber millones de oportunidades y posibilidades de conseguir un empleo en la ciudad.

En este punto, cabe aclarar que Leandro tiene una firme convicción producto de sus caminos aprendidos junto con su familia, en donde forma parte del radicalismo y que, tras ocho años de perseverante camino, buscan siempre mostrar que hay un camino.

Con ese amor por el otro, Boccia tratará siempre de dar una mano al que menos tiene e incentivarlo a cambiar de rumbo su vida, para que crezca, aprenda, trabaje y tenga una vida distinta.

Ojalá, en esta vida, haya muchos como él. Un aplauso para todos aquellos que no tienen domingo y dan todo para que el prójimo este mejor.

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