Perfiles urbanos
Del Lobo desde la cuna

Toda una vida bajo los tres palos: la historia del tripero Facundo Díaz

Del Lobo desde la cuna, ademas de estar a punto de recibirse de periodista deportivo, logró integrar el plantel de fútbol sala de Gimnasia.
En Gimnasia se encontró con un grupo unido y siempre trabajó para sumar y nunca restar ya que el torneo de Futsal argentino es muy complicado.
Actualmente, trabaja en un deposito de artículos de limpieza, está a punto de recibirse y solamente disputa torneos de amigos.
No deja de entrenarse fuertemente para tratar de mantenerse en forma y quizá algún día volver a ocupar el lugar que nunca debió dejar.

Por Luciano Capdevila, especial para NOVA

Del Lobo desde la cuna, además de estar a punto de recibirse de periodista deportivo, logró integrar el plantel de fútbol sala de Gimnasia en la categoría reserva, un regalo hermoso para su familia.

Facundo Díaz es un joven que nació en Ezpeleta en el año 2002, dentro de una familia presente y religiosa y desde que tiene uso de razón es fanático del fútbol y de Gimnasia y Esgrima La Plata. Gracias al accionar de su abuelo y su padre, fue socio al minuto y ellos le inculcaron siempre un gran amor por el club del Bosque de la Ciudad de las Diagonales.

Durante su niñez, que transcurrió con normalidad en la ciudad que lo vio nacer, fue extrovertido, curioso y muy buen alumno además de ser muy familiero y apegado a sus amistades. Su padre y madre fueron un sostén principal junto con su abuela, quien sería una de las razones principales por las que Facundo cambiaría rotundamente su vida entrando en la adultez.

Desde los 5 años que está bajo los 3 palos, su primer club fue Unión de Ezpeleta y desde ahí se enamoró del deporte y el ambiente que había dentro de un vestuario. Gracias al apoyo de su familia que siempre estuvo presente y enseñándole, junto al de su gran entrenador y su dedicación y curiosidad por mejorar, subió considerablemente su nivel a medida que el tiempo fue pasando. Cuando llegó el momento del famoso papi fútbol, a sus 8 años, Facundo pasó a Sokol, club ubicado en las cercanías de Sarandí y Avellaneda, donde se mantuvo por 6 años y "maduró" futbolísticamente además de empezar a sentir lo hermoso que es estar en un grupo de jugadores que se transforman en amigos. Siempre lo tomó bastante en serio, en cada entrenamiento solía dejar siempre todo lo que puede y hasta quedarse fuera de horario para seguir progresando. A pesar de los altibajos que pueda llegar a tener a Facundo nunca le importaron los obstáculos.

Una vez que se terminó su estadía en Sokol por el retiro de la categoría, estuvo un tiempo sin equipo. Con el esfuerzo que lo caracteriza, siguió entrenando muy fuerte de manera particular y lejos de querer dejar el fútbol, se presentó a las pruebas de mayores de su antiguo club, Unión de su ciudad natal Ezpeleta. Quedó, pero se presentaron algunos contratiempos ya que no tuvo los minutos que quiso al principio, pero siguió adelante y con el pasar de los partidos se ganó la titularidad. Sin embargo, nunca se sintió cómodo con el equipo y el entrenador, por lo que decidió después de varios meses de dudas, pedir el pase para tenerlo en su poder.

A partir de allí es que surge algo inesperado pero hermoso para él, y que se dio gracias a sus ganas y predisposición. Gimnasia de La Plata viajó a disputar la última fecha de su campeonato de fútbol sala a Ezpeleta y Facundo no se lo iba a perder. El "Tripero" se jugaba el ascenso y él fue a alentar como un hincha más, pero al verse conmovido por la presencia de todo el plantel de primera división, no dudó al finalizar el encuentro en contactar al entrenador, Mariano Giménez, para comentarle las ganas que tenía de defender el arco de Gimnasia. Le mostró sus videos, le pasó su contacto y tiempo después tuvo una gran noticia: lo llamaron para ir a una prueba y no lo dudó ni un segundo. Cuando quedó seleccionado, según cuenta, no podía parar de llorar ya que atajar en el arco del lobo es lo mejor que le pasó en la vida y el desafío más importante que ha tenido por delante.

Tuvo que mudarse a la ciudad, dónde también aprovecha para cuidar a su abuela y estudiar la carrera de periodismo deportivo en la UNLP, otra clara muestra de su madurez y esfuerzo. En Gimnasia se encontró con un grupo unido, con una fortaleza enorme, y siempre trabajó para sumar y nunca restar ya que el torneo de Futsal argentino es muy complicado, bastante parejo y más en la categoría en la que se encuentra Gimnasia. Hay muchos viajes y mucha exigencia, pero Facundo lo disfrutaba y lo veía como un "sueño cumplido" al le ponía el 100 por ciento de compromiso.

Estuvo más de un año dentro del plantel, alternando entre buenas y malas, titularidades y suplencias, pero nunca bajó los brazos. Tuvo partidos consagratorios que lo llenaron de orgullo pero le faltó regularidad, lo que generó que luego de un cambio de cuerpo técnico quedara nuevamente con el pase en su poder, un golpe muy duro para un joven que tiene tantos sentimientos por el club. Sin embargo, con el tiempo lo entendió y pudo de a poco cerrar aquella herida.

Actualmente, trabaja en un depósito de artículos de limpieza, está a punto de recibirse y solamente disputa torneos de amigos, ya que le cuesta ir a otro club de la ciudad que no sea Gimnasia, teniendo en cuenta las pocas opciones de futbol sala que hay en La Plata. Sin embargo, no deja de entrenarse fuertemente para tratar de mantenerse en forma y quizá algún día volver a ocupar el lugar que nunca debió dejar.

Lectores: 145

Envianos tu comentario