Se hace el otro: Julio Alak dice que no va a pelear la intendencia en 2023
Las elecciones están a la vuelta de la esquina y todos los espacios políticos ya van acomodando las fichas de cara a lo que será una contienda dura, tanto en internas como entre oficialismo y oposición. Nuestra ciudad no queda exenta de esos juegos.
Es que de uno y otro lado hay varios anotados para subirse a la pelea, aunque la rosca y las PASO tiraran por la borda muchas de esas aspiraciones.
O sea, quedó abandonado bajo la intendencia de Julio Alak (PJ - FPV), la gobernación de Felipe Solá (PJ - FPV) y la presidencia de Néstor Kirchner (PJ - FPV). https://t.co/IlLmlt7txq
— JaviDisp* (@Javidispaldro) November 20, 2022
La ciudad de La Plata está en manos del PRO desde el año 2015, cuando el actual intendente Julio Garro suprimió los deseos de re-reelección del peronista Pablo Bruera, quien salió eyectado del palacio municipal de calle 12 duramente cuestionado por la trágica inundación de 2013.
Desde entonces, el peronismo en sus diversas vertientes lo intentó, pero no pudo. Desde los laboratorios del Frente de Todos impulsan la posibilidad del regreso a las pistas locales del ex intendente y actual ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, ya que según pudo conocerse, creen que es "el único" que podría ganarle al espacio amarillo en la ciudad.
Sin embargo, en privado, Alak le dice a propios y extraños que no quiere volver a ese rol que ocupó desde 1991 a 2007 de manera ininterrumpida, ya que ratificó el apoyo vecinal en 1995, 1999 y 2003; aunque hace unos meses atrás señalaba ante dirigentes del interior exactamente lo opuesto.
Durante un acto en el que presentó la tercera etapa del plan de infraestructura penitenciaria, Alak comenzó la ronda de agradecimientos a funcionarios y dirigentes y lanzó ante los jefes comunales: "Voy a dejar a mis ex colegas para el final, porque yo ya no soy más intendente...", entre risas, ¿aclaración o advertencia?
El ministro, entre risas, recuerda en privado que accedió a la intendencia de la ciudad cuando solo tenía 33 años, lo que señaló como un impedimento del regreso el paso del tiempo y el cansancio acumulado por los años de trabajo en la función pública, en diversos cargos.
