Se cumplen 66 años del Golpe de Estado que bombardeó Ensenada
Según un trabajo de investigación para la Agencia de Noticias Paco Urondo, el periodista Gogo Morete, recuerda que "la historia oficial habla de la caída de Juan Domingo Perón para negarlos heroicos hechos de resistencia popular. Hubo enfrentamientos en muchas ciudades de Argentina, y los militantes llegaron a bombardear a un barrio de Ensenada".
Se cumplen 66 años del golpe más sangriento de la historia argentina en el siglo 20, hasta el del 24 de marzo del 76, conocido por la historiografía oficial como "la caída de Perón". Incluso hasta algunos peronistas lo repiten y lo más lejos que llegan es a hablar de "la fusiladora", pero eso fue un año después.
El 16 de septiembre de 1955, a las 0:45 horas comenzó una secuencia de sangre, metrallas y bombas. En Capital Federal, los comandos civiles asesinaron a un policía federal, (de apellido Altamirano). Según su propio relato, el periodista Mariano Grondona pertenecía a ese grupo. Desde el 16 hasta el 23 o 24 de septiembre en Rosario, Santa Fe, se registraron centenares de muertos y heridos civiles, militares y colimbas.
Entre los años 2012-2017, un grupo de investigación recolectó 158 actas de defunción, pero no pudo continuar el trabajo de campo ante la negativa de las autoridades de la Secretaría de Derechos Humanos. Se destruyeron puentes, vías, estaciones de trenes, rutas, cuarteles; la destilería YPF de Mar del Plata fue bombardeada.
Gracias al trabajo de Agencia de Noticias Paco Urondo, se supo que en ese año hubo 7 días de combates en distintas provincias de Argentina, con epicentro en Córdoba, las ciudades de Tornquist, Azul, Bahía Blanca, Mar del Plata, Río Colorado, Puerto Belgrano, Pringles, Lamadrid, Tandil, La Plata, Ensenada, Rosario, zonas como Cuyo, Patagonia y el Río de la Plata. En Ensenada, provincia de Buenos Aires, los bombardeos destruyeron una manzana completa en barrio Campamento.
De esta manera surgen los datos recogidos durante la investigación que realizó la Agencia de Noticias Paco Urondo, en el área de investigación histórica del Archivo Nacional de la Memoria, completando la previa sobre el Bombardeo a Plaza de Mayo, el 16 de junio de 1955, trabajo que se pudo publicar en formato papel. El del golpe de septiembre de 1955, nunca se publicó, aunque estaba casi finalizada antes de que asumiera el gobierno negacionista del periodo 2016-2019.
Enfrentamientos en Ensenada
El 16 de septiembre se desarrolló un sangriento enfrentamiento entre las fuerzas leales a la constitución y los facciones golpistas de la Marina. El plan de Rojas era, saliendo de Río Santiago, avanzar sobre Ensenada y de allí dirigirse a la ciudad de La Plata y tomar la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Para ello, habían conseguido que el personal militar del regimiento 7 marchara de maniobras a Brandsen casi 60 kilómetros.
Por esto, el gobernador constitucional Aloe, mandó a la policía provincial a detener el intento insurreccional; allí se sumaron a la resistencia del pueblo de Ensenada, y juntos impidieron el paso durante horas de combate, hasta que llegaron finalmente las tropas del regimiento 7 cerca del mediodía.
En ese lugar fueron asesinados por las tropas de la Marina, comandada por el almirante Rojas, los colimbas del regimiento 7 José Luis Vitali y Raúl Dipaolo, de quienes vale conocer su historia. Recibiendo testimonios en el marco de la ley 26.564, Agencia de Noticias Paco Urondo encontró 4 actas de defunción: Nieva en Avellaneda, Ortiz en Ensenada y Vitali y Dipaolo en La Plata.
Sabían que en el golpe de septiembre había muertos, pero ahí estaban los primeros documentos irrefutables. "Así comenzó, al flaco Ortiz lo conocía por mi militancia juvenil en Ensenada, pero a Roberto Bonvini, su sobrino, y a Betty, hermana de Vitali, no los conocía. Betty contó que el 16 de septiembre, cuando tenía 17 años, trabajaba en un negocio del centro de La Plata, cuando vio pasar los camiones llenos de soldados y reconoció a un amigo de Cacho, su hermano", decía un relato.
"Pocas horas después, defendiendo la costa continental, fue alcanzado por un disparo en la cabeza que fue efectuado seguramente desde una de las lanchas con las que las fuerzas golpistas de la marina asediaron la ciudad mientras se preparaban para huir y dar batalla río adentro. Cuando Dipaolo vio caer a su amigo corrió a auxiliarlo y fue partido literalmente a la mitad por una ráfaga de ametralladora", este fue el relato textual de Moraca, otro colimba, lo cual llegó a investigar la Agencia de Noticias Paco Urondo.
Betty contó que luego de ser notificados de la muerte, fueron con su madre a reclamar el cuerpo: primero los milicos se negaron, pero luego cedieron ante el llanto de una madre. Como consuelo el milico que los atendió les arrojó una frase que repetirían 20 años después los verdugos de la última dictadura: "Deje de llorar, que usted por lo menos se lleva el cuerpo".
Avisados los familiares de Dipaolo, también pudieron llevarse el cuerpo. Vitali trabajaba en el diario El Día, por lo cual tuvo una nota y un obituario; para Dipaolo, trabajador de Astilleros Río Santiago, solo el aviso fúnebre. Ambos fueron enterrados en tumbas contiguas en el cementerio de la capital bonaerense. Los amigos siguen abrazados en su lecho profanado.
Finalmente, a Betty se la llevó el coronavirus hace 40 días. Todas esas familias todavía esperan memoria, Verdad, Justicia y Reparación. Por el momento, Agencia de Noticias Paco Urondo logró que la única casa que quedó de pie luego de los bombardeos en Barrio Campamento, en Ensenada, sea declarada sitio de Memoria.