Martín Vestiga
Una producción de NOVA

Se compraron un problema: le van a tener que tapar la boca para que deje de hablar

Martín Vestiga, un fiel colaborador de NOVA. (Dibujo: NOVA)

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.

La política platense deja lastimados casi a diario. Mucho más a aquellos que andan saltando de espacio en espacio. Allí se los usa y descarta con la misma velocidad que llegaron porque no demuestran lealtad, solamente ambiciones.

Las redes sociales son el lugar elegido donde va a parar el odio y resentimiento de los desangrados. El dolor deja salpicar el tufillo oculto de las relaciones tironeadas, donde los beneficios son para unos pocos.

Hace pocas horas, una ex directora de escuela, muy carpetera, dedicada a la cultura con vinculaciones con el oficialismo platense, apuntó sus dardos hasta los que hace poco la llevaban a reuniones, agasajos y mítines políticos.

La rubia, que antes era parte del massismo y trabajó como asesora de una concejal, dejó entrever que HR, JCB, TD y BG, la habían traicionado y asintió que el gesto recibido hacia ella había causado un gran dolor.

Acusó a los y las que hasta hace poco venían “Juntos”, todos ellos expatriados del peronismo que aun juntando votos para Mauricio Macri, María Eugenia Vidal u Horacio Rodríguez Larreta, siguen haciendo el saludo en V, como gente que hace política “con el asistencialismo constante”.

No resulta muy difícil establecer las personalidades que señala porque están en sus fotos más recientes. Uno, HR, podría tratarse de un viejo militante del oeste platense que hace muchos años opera a través de una fundación valiéndose de las bondades de la política.

Cansado de promesas cerró acuerdo con el garrismo a cambio de al menos de 5 contratos de 30 mil pesos.

De allí se desprenden, TD y BG, padre e hija, suegro y amante respectivamente, del hombre mayor que lo acompañaron en la travesía de pintarse la cara de amarillos sin bajar el cartel de la “Casa” que aún mantiene la foto de María Eva Duarte y Juan Domingo Perón, mientras que la Biblia descansa sobre el calefón.

“La política con el pobre, el asistencialismo constante, con la bolsita de alimentos”, aseveró la mujer, que también es escritora, para definir a un sindicalista platense que cobra del Municipio de la ciudad con cargo de director.

Trascendió que a la díscola dirigente se está guardando cartas importantes para mostrar y varios cartuchos sin detonar que piensa utilizar en caso que le quieran refutar sus dichos.

Algunas personas cercanas sostienen que tanto ella como una colega que la ha acompañado en varias actividades políticas y sus visitas al gremialista, se sintieron acosadas por los nombrados y sus allegados, por lo que no tendrían empacho de avanzar al respecto.

Silencio que no es silencio.

Alguien se levanta otro viene a buscar.

Ella trae algo que no busco y espero.

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