Martín Vestiga
Una producción de NOVA

Martín Vestiga y el negocio inmobiliario de La Plata Soho

Tito Rosca, el peor enemigo de Martín Vestiga. (Dibujo: NOVA)

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.

Acababa de salir de una infructuosa reunión de la Gobernación bonaerense con un funcionario de segunda línea del área de Comunicaciones y Prensa que sobrelleva ínfulas de genio pero no es más que un porteño de pocas luces, cuando me decidí simplemente cruzar la explanada de la avenida de 51 que cortan las calles 5 y 6 para tomarme un café en algunos de los bares del Complejo Gastronómico Baxar, como descanso previo al merecido retorno a casa.

A la espera del cortadito, reojeo lo bonito del lugar tomando nota de lo excesivo de algunos precios. “El lugar perfecto para el aspirante a cheto platense”, pensaba, cuando me veo una mano muy vellosa apoyarse sobre la mesa de piedra, frente a mi cara. Levanto la vista y era Tito Rosca.

-¡Hola! Sos la mugre Rosca, estás…

-... en todos lados, sí Martín. Estaba saliendo, ¿cómo andás?

-Muy bien, ¿vos? Tenés cara de pánico.

-No ando bien, me acaban de dar un diagnostico de salud un tanto adverso. Estoy para atrás.

Me dijo y reconozco que, pese a ser una tipo que me genera la más absoluta repulsión, me conmovió verlo con mal semblante, tan atípico en él siempre exultante, extrovertido, intimidante…

-Sentate y contame-, me desconocí invitándolo a mi mesa, caritativo de saber qué le pasaba.

-Dejá, cosas de la vida misma. Amén de angustiado, estoy apurado. ¿Viste que lindo lugar el Baxar? Está puesto a todo trapo, una inversión millonaria en verdes de los “Hermanos Trattoría” que muy bien aceitados tienen los entongues con la política local.

A sus palabras, la moza justo me dejó el cafecito con una sonrisa. Dubité dos segundos y le respondí aún sentado, mirándolo de abajo:

-¿Quiénes son los “Hermanos Trattoría”? Bancá, acaso ¿me estás pasando un puterío de parado, a la pasadita, mientras me decís que estás mal por un problema de salud?

-(Se sonrió, aunque medio forzado) Los hermanos Marcelo y Carlos Leuzzi, los dueños del mayor emporio gastronómico de La Plata. Arrancaron con el restó La Trattoría, de ahí el apodo.

-….

-La verdad que son dos tipos que, con sus claro/oscuro y miserias en sus vidas personales, en lo empresario la supieron hacer muy bien, pero bueno, siempre en base a dos aspectos: el negreo absoluto de sus empleados y el guiño de la política al momento de hacer la vista gorda sobre el avance de sus emprendimientos. Los tipos son dueños de los restoranes más conocidos y caros de La Plata: Runnie's, Masse, Los Fuegos, Foddie, Paesano y las Trattorías, entre otros tantos.

-¿Y qué tiene?

-Nada, salvo que siempre se entongan con la política de turno local, sean del sello partidario que sean, así desde hace treinta años, desde los tiempo del Julio Alak, los hermanos Bruera y…

-¿Van comprando voluntades y ellos avanzan con sus emprendimientos gastronómicos?-, lo interrumpí curioso.

-Exacto. Incluso, toda esta zona que ahora llaman conchetamente “La Plata Soho” no es más que un mega plan inmobiliario gastronómico elucubrado, en parte, por estos dos hermanos con la veía de la política local… sino, no hay forma. Los tipos tienes locales en tres de las cuatro esquinas más importantes de esta zona y hasta se comenta, con verisimilitud, que todas las obras de puesta en valor de la zona, se hizo desde la política para mejorar sus emprendimientos. ¿Se entiende no? Me tengo que ir Vestiga.

-No bancá, no me dejés con la duda…

-Tengo que irme, tengo un remís fuera. Luego te cuento bien el entramado millonario de idas y retornos que esconde este mega negocio de La Plata Soho.

-No bolas, no me dejés con la duda de tu problemita de salud.

-Ese es otro tema. Te dejo.

Reconozco que por primera vez en más de 25 años que lo trato, lo noté distinto a Rosca. Agendé en el celular llamarlo la próxima semana para indagar en su drama y, cómo no, en los hermanos Trattoría.

Mozo, sírvame la copa rota…
sírvame que me destroza…
esta fiebre de obsesión

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