Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.
Mi amigo Pedro Gadicto suele frecuentar lugar en los cuales yo ni por asomo entraría, es gran conocedor de la noche, y por supuesto, no le escapa a las sustancias prohibidas, a las que yo aborrezco, acorde a mi moral cristiana y a la educación que me dieron mis padres.
Justamente, con la mirada perdida y los ojos inyectados en sangre, lo encontré bebiendo un whisky, y tras saludarlo efusivamente, pedí un agua sin gas, ya que mi médico, el prestigioso japonés Temiro Lojete, me dijo que por un tiempo largo no consuma gaseosas, ni alcohol. Los años no pasan en vano, pensé para mis adentros.
Como Pedro es un tipo que se relaciona con muchos políticos de color amarillo, me contó que un concejal de Las Toninas, que es de “Cambiemos para que nada cambie”, se junta con un mandamás de la Capital bonaerense, al cual le consigue estupefacientes y mujeres que ejercen la profesión más antigua del mundo.
Según mi amigo, “mirá, Martincito, esas festicholas se arman en Chascomús, y ambos “disfrutan de la coca (cola) y de hermosas mujeres, algunas con palanca al piso”, me contaba Pedro Gadicto mientras con la pajita de la gaseosa aspiraba algo que parecía harina leudante o algo por el estilo.
Somos los piratas, nos gusta la aventura, las noches de bailanta, somos los piratas, toda una vida fiel, al gato y a las trampas…