Política
¿Su apodo es "ratón"?

Martín Tetaz: dejó el tendal y se fue a Capital para ser candidato

El economista, Martín Tetaz.

Cuando ciertos personajes quieren incursionar en la política, en este caso el economista Martín Tetaz, deberían al menos hacer un repaso de su pasado para ajustar situaciones que rápidamente se volverán presente.

Uno de los anhelos que tienen los seguidores es saber sobre la figura pública que se presentará en las próximas elecciones. Como se sabe Martín Tetaz acompañará como segundo candidato a diputado nacional a la ex gobernadora, María Eugenia Vidal, territorio en donde Juntos por el Cambio tiene una gran fortaleza y es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Este platense Licenciado en Economía en la Universidad Nacional de La Plata, parece ser que se ajusta al viejo dicho que “en casa de herrero cuchillo de palo”. Allegados al ex columnista de Radio Mitre aseguraron que le cuesta mucho meter la mano en el bolsillo y hace lo imposible para no “levantar” una cuenta.

Que sea una persona afín a los ahorros, del tipo que se lo suele retratar a los nacidos bajo el signo de Tauro, pijoteros si se quiere, no está mal. Pero al parecer, Martín tiene también viejas deudas de larga data.

Fue en 2017, que las intenciones voraces de Tetaz lo llevaron a la interna política de Gimnasia y Esgrima La Plata, donde mostró sus reales intenciones de querer privatizar los clubes del fútbol argentino. En un debate por demás álgido y con respuestas cruzadas, un alto dirigente del “tripero” le contestó “sería de gran ayuda que pagues la cuota".

Pero los olvidos de Martín, más allá de alguna deuda chica de su paso por el barrio de la Terminal, vienen de más atrás. Fuentes confiables argumentaron que el economista dejó una madrugada de 2012 un departamento que ocupaba en la zona de 10 y 43, pleno centro platense, sin pagar el alquiles y las expensas.

Quizás el hombre, que representará a Juntos por el Cambio en CABA, no haya optado por presentarse para representar a los “porteños” por una cuestión política, sino que quizás haya pensado que sería muy difícil poder caminar por La Plata sin que se le presente algún otario con alguna deuda chica por cobrar.

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