Claro está, las recomendaciones giran en torno a mantener las aulas ventiladas y frescas; aumentar el consumo de agua; generar intervalos durante el tiempo escolar donde deben mojarse manos, cara y nuca; evitar actividades físicas y vestir ropa holgada, entre otras cosas.

En el comunicado no incluyen a los docentes, aunque se debería sobreentender la preocupación del Estado respecto a los trabajadores de la educación, que se debe llamar a emergencias médicas si el alumno presentan fiebre, sudoración excesiva, tendencia al sueño o debilidad, náuseas, desmayos, etcétera.

Detrás de todas recomendaciones, aparece la realidad de cada establecimiento, donde los directivos son los encargados de decretar o no el cese de actividades porque no se puede cumplir con las exigencias adecuadas para el dictado de clases. Es importante remarcar que es el director del establecimiento el responsable directo en caso que suceda algún problema de salud en el mismo.

La razón particular en cada institución la debe resolver el directivo y, en este caso, lo resolución siempre la toman previa consulta con la Dirección General a través de la Inspección General, sector de empuje de Educación para que no se afecte el dictado de clases. Está claro que dejan a la Dirección entre la espada y la pared.

Los gremios de la educación que han parado en virtud de fechas conmemorativas, han organizado marchas hasta por la falta de un mingitorio. Siendo un gobierno “del palo”, miran para otro lado. Lo mismo ocurre con los gremios no docentes a los que no se los escuchar opinar del tema.

En un colegio de La Plata, Escuela Secundaria Nº13 “Soldados de Malvinas”, ubicada en 22 entre 48 y 49, cuando empezó la interminable ola de calor que pasó de rojo a naranja y viceversa en los últimos 15 días, el cuerpo docente a través de una nota planteó que se dejen de dictar clases.

Trascendió al respecto que el comunicado firmado por todo el cuerpo educativo rezaba que: “Debido a la ola de calor que estamos atravesando, con alerta naranja por las altas temperaturas y teniendo en cuenta la falta de condiciones en el establecimiento (falta de ventiladores en las aulas, ventanas selladas, falta de ventilación) los abajo firmantes solicitamos la suspensión de clases hasta tanto se mantenga esta situación, ya que se pone en riesgo la salud tanto de los estudiantes como de los trabajadores de la educación”.

Y agregaron que “esta medida contemplada tanto en el artículo 195 2.1 d del reglamento de instituciones educativas como en el calendario escolar 2023 (anexo 2 4.5). A su vez, solicitamos que, a partir de un relevamiento de las condiciones de infraestructura del establecimiento, se pueda dar solución a todos los problemas para poder llevar adelante la actividad pedagógica en condiciones dignas”.

En tanto, en la Secundaria 13 no tienen buffet, no tienen canillas en los patios (el agua del baño pasa por los tanques, no dejándola apta para consumo), las aulas no tienen ventilación, y como en otras escuelas que están sufriendo la ola de calor. De no mediar alguna resolución desde la Provincia, los estudiantes están organizando sentadas para que se suspendan las clases.