Economía y Empresas
Comprar y correr

Ir al supermecado, un método de tortura que hace entender la crisis financiera

Hoy se utilizan maneras de suplicio más refinados, como la música fuerte y repetitiva que te induce a comprar. (Dibujo: NOVA)

Hay castigos y castigos. De los medievales hasta nuestros días. Poco a poco la sociedad fue avanzando y ganando en Derechos Humanos para evitar esos tratos escabrosos que hasta eran festejados por la muchedumbre.

En la edad media los acusados rápidamente se convertían en culpables, siendo violentados en plazas públicas y ante los ojos de los demás. Atrás quedó la muerte de Williams Walace desmembrado por cuatro caballos y de miles de víctimas más a manos de verdugos que usaban los métodos más viles.

Había todo tipo de torturas, como la muerte por empalamiento, ser pisado por caballos, cortado por serruchos colgado boca abajo, o ser quebrado en las extremidades mientras girabas arriba de una tabla.

Ya no existen más esa clase de castigos brutales que no van de la mano de una sociedad evolucionada. Pero existen otros, más sutiles, que pueden ser muy nocivos.

Basta con ir a hacer compras al Supermercado Nini de 25 y 520 para comprobarlo. Allí, un despiadado disc jockey abruma con el repetido repertorio cruelmente elegido para torturar a los visitantes del hiper mayorista platense. Una y otra vez, ataca despiadadamente a sus víctimas que no esperan semejante escarmiento.

Para la creación de la armonía en tiendas aconsejan, con el fin de fomentar la imagen de marca, mejorar la productividad de los trabajadores o incrementar el tráfico de clientes, crear la atmósfera perfecta e invitar directamente a comprar, lo cual se traduce en más ventas, según especialistas.

Esa parte quizás en Nini no la leyeron bien o quizás sí, pero en el imaginario del verduga que coloca y repite la música, una y otra vez, hace que la gente deje de disfrutar la compra y compre con premura para abandonar el local. Quizás sea esta la forma para que no puedan mirar precios y agarren cada vez más, las segundas marcas que ofrece el hiper.

Consultados los empleados sobre el trabajo insalubre de tener que escuchar al menos 8 horas al día la misma elección musical una y otra vez, afirmaron que es terrible y más cuando se debe reponer en lugares donde están los parlantes.

Quién iría a pensar que Nini marcharía a la vanguardia de los nuevos hallazgos del marketing y hayan encontrado en la tortura musical la manera de promover mayores ventas.

Allá a lo lejos quedaron las trampas psicológicas más efectivas que usan los supermercados para que te quedes más tiempo con una música suave y relajada, para ponerte temas infumables para que desagotes rápido. Argentina no conquista el mundo porque no quiere.

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