La estrategia pendular que el intendente de La Plata, Julio Garro, viene aplicando para hacer equilibrio entre su relación institucional con Provincia y la necesidad de plantarse como opositor en un año electoral, parece que también será la elegida para sobrellevar la interna de su propio frente electoral.
Nadie pone en duda que el jefe comunal es hoy por hoy el único dirigente de peso que tiene Juntos por el Cambio en la Capital provincial, lo que se convierte en un problema en sí mismo, si no logra construir un candidato al cual trasladarle su caudal electoral.
"Ni él sabe todavía con quien va a jugar", comentan en los pasillos de la municipalidad en relación a la incertidumbre de Garro dentro de Juntos por el Cambio, lo que explica además el fino equilibrio que se construye diariamente en la ciudad de La Plata.
Mientras se escriben estas líneas, por ejemplo, el intendente recorría el Comité Operativo de Emergencia Municipal (COEM) junto al diputado Cristian Ritondo, uno de los que nunca perdió las aspiraciones de competir por la provincia, y un referente del ala dura del PRO.
Sin embargo apenas unas horas antes Garro se mostró con Horacio Rodríguez Larreta, y se alineó detrás del reclamo por la presencialidad en las escuelas, un eje de discusión que le está trayendo más problemas que soluciones al jefe de Gobierno porteño que perdió el rumbo de su postura dialoguista y cayó en la trampa de los sectores más duros de su propio espacio.
En paralelo continúa el raid mediático por canales nacionales, con el que Garro busca posicionarse más allá de la ciudad para disputarle terreno a Jorge Macri y al resto de los intendentes del PRO que pretenden ser candidatos a gobernador en 2023.
En el plano local la situación se traduce en un complejo mecanismo de reparto del poder entre las vertientes macristas, radicales, peronistas y hasta socialistas que acompañan la gestión.
En varias oportunidades adelantamos que la primera opción del jefe comunal para hacer un traspaso de mando es el Secretario de Seguridad, Darío Ganduglia, un dirigente del riñon garrista, que le garantiza fidelidad casi absoluta, aunque en el escenario son varios los que aparecen para disputar un lugar.
Por ejemplo el polémico titular de “Proyectos Especiales”, Mauro Palummo, que se hizo tristemente célebre cuando propuso a través de las redes sociales que había que expulsar a Estela de Carlotto de la capital provincial.
Hombre de Patricia Bullrich, el funcionario tendría garantizado un lugar en la lista de concejales y de acuerdo al avance de los acuerdos internos, nadie descarta que no termine buscando una banca en la legislatura.
De todas maneras esa aventura esta, en principio, reservada para Ileana Cid, que buscará dar el salto a provincia dejando en el Concejo Deliberante quizá a Marcos Sessa, uno de sus principales colaboradores con amplio desarrollo territorial en toda la periferia platense.
La incógnita es que pasara con Carolina Píparo, que hasta enero de este año era número puesto no solo para reelegir, sino que para muchos se había ganado el lugar de sucesora “natural” del jefe comunal, aunque ahora y tras el escándalo su imagen esta por el piso, aunque igual tendría reservado el segundo o tercer lugar en la lista.
Del lado del radicalismo no hubo demasiados cambios y toda la deuda quedará saldada con un lugar para que Diego Rovella renueve su banca. El flamante titular de la UCR local aspira a ser cabeza de lista y así posicionarse para el 2023, aunque al partido un primer lugar podría costarle muy caro en el reparto del resto de los lugares.
La Pata Peronista del gobierno local está en principio contenida y no disputaría lugares en las listas por lo que en ese frente al menos, el intendente puede estar un poco más relajado, aunque sabe que tendrá que ajustar el reparto si además pretende contar con el apoyo territorial del peronismo no K.
