Garro aceita el mecanismo de fiscalización y dio una muestra de poder en una delegación que fue bastión alakista
La cuenta regresiva hacia el cierre de alianzas -falta apenas una semana- marca el termómetro electoral en la Octava Sección, donde el oficialismo de Juntos por el Cambio encabezado por el intendente Julio Garro ajusta las tuercas de la fiscalización de cara a las primarias de agosto.
En el Palacio Municipal hay la certeza de que las PASO dejarán un saldo positivo para el garrismo, que en la última semana puso en escena a más de 700 militantes de la populosa zona sur del conurbano platense, un territorio que supo ser el principal bastión del alakismo, justamente el espacio al que deberá enfrentar en los próximos comicios.
Fue en el club Circunvalación, en pleno corazón de Villa Elvira, donde reunió a sus dirigentes zonales y llamó a fortalecer el proyecto de gestión de Juntos de cara a su segunda reelección. “Fue un acto casi peronizado”, resumió un experimentado observador político que estuvo presente en la institución de 7 y 78, al comparar el encuentro con los militantes/fiscales con actos peronistas de antaño protagonizados por la militancia que por entonces respondía al ex intendente Julio Alak, el elegido por el Instituto Patria para pelear la intendencia.
Villa Elvira, Arana, Los Hornos y Altos de San Lorenzo son, junto al Casco Urbano -con más de 200 mil habitantes- las delegaciones que más votos aportan en la capital bonaerense. Por eso el lugar elegido para exhibir la demostración de fuerza no fue azaroso.
El intendente sabe de antemano que el Frente de Todos o la nomenclatura que utiliza el panperonismo a la hora de inscribirse, apostará a achicar margen de volúmen de votos en la zona sur, que en las últimas elecciones fue disputada por las precandidatas Florencia Saintout y Victoria Tolosa Paz, además del bruerismo residual.
Como describió NOVA en esta columna, la titular del Instituto Cultural por ahora tiene traje de precandidata y la ministra de Desarrollo Social del albertismo resignará sus ambiciones por gobernar la ciudad para pelearle las primarias en Provincia a Axel Kicillof en caso de que la plana mayor del FdT no llegue a un acuerdo en pos de la unidad.
La grieta interna en veremos
Mientras tanto, el radicalismo, que no resignará posibilidades de disputar espacios de poder en la alianza oficialista, tiró, de forma disgregada, fiel a su estilo, a todos sus jugadores a la cancha. La idea es meter presión para después negociar. Uno de los anotados es el ex diputado Sergio Panella, el dirigente platense que más elecciones perdió en su derrotero político.
También mete presión con esmerado equilibrio el sector que comanda la Junta Central de calle 48, en manos de Pablo Nicoletti, que hace un puñado de meses tuvo una feroz disputa interna con el intendente que derivó en la falta de apoyo de los “boinas blancas” para lograr el quórum en una sesión que precedía el tratamiento de la rendición de cuentas del período 2022.
El halcón desplumado
En el frente interno del PRO, el senador provincial Juan Pablo Allan sigue intentando instalar imagen, por ahora sin éxito, a pesar de ser el “bendecido” por Patricia Bullrich como su referente local, aunque en la disputa está vigente el legislador Daniel Lipovetsky, que tiene como caballito de batalla la lucha contra la inseguridad y se muestra activo en reuniones sectoriales.
La idea de Allan, rebota en los muros de radio pasillo, es instalar al ex fiscal Marcelo Romero como senador provincial, la sección renueva sus tres cupos- y ganar alguna banca en el Concejo Deliberante, que renueva 12 de sus 24 escaños.
Por ahora, la figura del senador no mueve el amperímetro y es de esperar que negocie con el Palacio Municipal, especie que todavía no está descartada.