El camino de Toto Bianchi: de líder peronista a mentor y la herencia política de su familia
Por Alejandro Casalongue, de la redacción de NOVA
En el 73, Manuel “Toto Bianchi”, ya no participaba de la actividad política, porque venía muy golpeado y desgastado: el que empezaba a trabajar en el ámbito partidario era su yerno, Cacho Rubeo, que terminó siendo concejal en Ensenada del 73 al 76 hasta el inicio del golpe de Estado, con el apoyo de su suegro, que cargaba en su espalda con la historia del peronismo ensenadense.
De ahí en adelante, el histórico Toto Bianchi, se dedicó a ser como una especie de padre espiritual para dirigentes peronistas, formando nuevos cuadros políticos dentro del justicialismo de Ensenada.
Años mas tardes, cuando se terminó el Proceso de Reorganización Nacional (La dictadura), y vuelvió la democracia de la mano del radicalismo con Raul Alfonsín, Toto apoyó en Ensenada la candidatura de José del Carmen Ginevri, quien fue intendente de la ciudad tan solo desde el 10 de diciembre de 1983 hasta el 31 de mayo de 1984, debido a que sufrió un ACV, dejando de esta manera las puertas abiertas para que venga Cirilo Nelson Caraballo, que era el primer concejal.
Años más tarde, Toto Bianchi, comenzó a sentir el paso del tiempo, y los problemas de salud se hicieron cada vez más visibles. Sufría mucho de diabetes, para ese entonces ya le habían amputado una pierna, también había tenido un ACV, y se le habían hecho úilceras en la pierna, hablaba mal, balbuceaba, ya no era el mismo, poco a poco se fue deteriorando debido a las multiples enfermedades que sufría, hasta que falleció.
Quien heredó su pasión por la política y por el peronismo ortodoxo fue su nieto, Eduardo Rubeo, actualmente militando con Guillermo Moreno, en Principios y Valores, con su corriente APEBO (Agrupación Peronista Bonaerense).
En el capítulo siguiente del próximo domingo: El solitario exilio de Toto Bianchi en la localidad de Bavio, partido de Magdalena y la comunicación con su familia a través de palomas mensajeras.