Desmedida invasión del espacio público en 60 y 136
Hay cajones, sillas, carteles y hasta venta ambulante, lo que genera una misión imposible circular con comodidad por la vereda.
Sometidos al avance sin freno de las verdulerías de dueños de nacionalidad boliviana, las aceras se han convertido en una carrera de obstáculos. La ciudad se llena de mesas, sillas, estructura metálica de cajones de frutas y verduras, cestos, toldos, sombrillas, bicicleteros, autos mal estacionados, manteros, bolsas de carbón, etcétera; lo que genera un paso estrecho y angosto para la circulación de peatones.
La lista de infractores en la ciudad es innumerable, ya que los comerciantes y particulares generan una extensión de sus actividades en la acera. Ya sea parrillas, retaurantes, verdulerías, maceteros, concesionarias de autos, cafeterías, supermercados con sus cajones de envases retornables, fletes, remises y todo los que genera un traslado de mobiliario a la vereda.