Perfiles urbanos
Fuerza y valor

Cada paso lo dio con alegría, en un espacio para disfrutar todos en movimiento

La profesora Laura Carattoli.
Las excursiones que se realizaban en el primer local del gimnasio, en el año 1995.

Con el correr de los años, sea el momento que fuese, nos damos cuenta de que necesitamos realizar algún tipo de movimiento o cambio en nuestro cuerpo para sentirnos bien.

Claro, después del Covid-19, muchos con el encierro precisaron obligatoriamente o se dieron cuenta, que su vida estaba yendo a un ritmo sedentario cada vez peor y optaron, rápidamente por ir a caminar, un gimnasio o directamente participar de actividades en grupo, para salir de su casa.

Aquí, Laura Carattoli, hizo una limpieza en la ciudad de La Plata, convirtiéndose en una persona a seguir. Muchos pensarán el motivo, pero simplemente ella lo demostró con 37 años ininterrumpidos de trabajo para niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.

Carattoli se recibió en 1986 de profesora universitaria en Educación Física, es platense desde la cuna, con estudios primarios y secundarios que pasó con honores.

Desde 1964, cuando nació y comenzó a ser criada por sus padres, sabía exactamente que el camino iba a ir enmarcado a la actividad física, al cuidado del cuerpo y la salud.

Tras recibirse, junto a Gabriel Alsogaray 365 días de haberse recibido, emprendieron un proyecto en familia, donde nació Gimnasio Energía.

Todo arrancó en 40 y 27, donde estuvieron por 11 años ininterrumpidos en el lugar. Realizaban no solo actividades o rutinas dentro de un gimnasio, como se hace normalmente, sino que Laura entendió que hay que enfocarse en muchas otras cosas, para que el espacio que se abrió, mantenga esa impronta familiar que buscaba.

Por ello, empezaron a realizar actividades para niños, adolescentes y adultos, realizaron fiestas familiares, escuelas de natación, excursiones a otros puntos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires y demás actividades para las familias.

Esto marcó un antes y un después en Gimnasio Energía en dónde simplemente remarcaron su slogan “un espacio para disfrutar en movimiento, un ejercicio para cada persona, una actividad física para cada necesidad, un plan de entrenamiento para cada aptitud”.

Tras 11 años en 40 y 27, optaron por irse, encontrar un lugar de pertenencia propia y explotarlo al máximo. Fue así como en 1998 abrieron sus propias instalaciones en 30 entre 48 y 49.

Poco a poco fueron reformando en varias oportunidades el espacio y con las necesidades que se presentaban en cada momento.

Luego de la pandemia y habiendo cerrado por primera vez después de 32 años ininterrumpidos, vieron la necesidad de colaborar y brindar una mano a los adultos mayores, haciendo un seguimiento a cada alumno dentro del gimnasio.

Ahora, uno se preguntará, Carattoli tendrá familia, qué hicieron ellos dentro del gimnasio, bueno… como mencionamos anteriormente, se conformó una familia dedicada al cuidado del cuerpo y la salud, en este caso, Melina, se recibió y actualmente ejerce como ginecóloga y Catalina siguió los mismos pasos en el área de Salud, pero se perfeccionó en kinesiología. Ambas dedicadas a la salud y conformando una familia dedicada a diversos temas para el bienestar de la otra persona.

Carattoli muestra su orgullo, con una sonrisa y ojos brillantes cada vez que ingresa a Gimnasio Energía, viendo cómo las personas allí trabajan, dialogan entre sí, dejan la tecnología aún lado y se enfocan en lo principal, tener relaciones interpersonales, cuidarse la salud y divertirse.

De este modo, vemos como hay más profesoras y dueñas de gimnasios como Laura Carattoli, que buscan el bienestar de una persona y, que de apoco, la incluyen en un círculo familiar dentro del Gimnasio Energía.

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