Perfiles urbanos
Un distinto

Aurelio Antonio Di Francesco: el técnico que todos los artistas agradecen

Se trata de las manos mágicas de las estrellas.
Aurelio Antonio Di Francesco, técnico platense que se codea con los más grandes.

Por el periodista Marcelo Moriconi, especial para NOVA

Luego de entregarle casi toda una vida a Canal 13, se retiró para disfrutar de su familia y despuntar el vicio del transporte.

Se llama Aurelio Antonio Di Francesco, 69 años de edad, y fue jefe técnico por más de 42 años en uno de los canales más importantes del país.

Trabajó con Juan Alberto Badia, Marcelo Tinelli y fue el elegido para ser empleado por Gerardo Sofovich con el que empezó su relación discutiendo. Estuvo en los Oscar, recorrió América con el fútbol, trabajó en un Mundial y hoy su paso por la televisión lo acercó al periodismo. Además, de tantos, viajes cultivó un fanatismo por los medios de transporte.

“Como muchos inmigrantes mi papá llegó a la Argentina en 1949 gracias a una tía que vivía en 8 y 77 que lo hospedó un tiempo. Me contaron que el viejo trabajó muchos años de sastre para una empresa de ese momento y ahorraba en todo lo que podía, caminaba mucho, para salir adelante. En base a ese ahorro y del trabajo sostenido pudo traerse a mi mamá de Italia en 1952. Yo nací en 1954. Mi tío, en 1983, falleció ahogado en el Río de La Plata”.

Los comienzos de la familia Di Francesco tampoco fueron sencillos. Muchos años de esfuerzo y trabajo para poder garantizarle a ese pequeño llamado Aurelio Antonio la posibilidad de estudiar fueron una constante en el día a día. El primogénito no les falló.

Pasó con creces la primaria en la Escuela Maximio Victoria de Villa Elvira, la secundaria en el Normal 3 de La Plata e ingresó a la Universidad Nacional de La Plata para recibirse, en 1976, de Ingeniero en Telecomunicaciones.

“Yo tenía un permiso por estudios que te daba el Ejército que se hizo efectivo en 1977 con tan mala suerte que por un posible conflicto militar con Chile me dejaron adentro haciendo la conscripción por 18 meses” rememoró y acotó que “apenas salí del ejército me llamaron para trabajar en Canal 13 en donde yo había tirado curriculum”.

La gestión de los canales de televisión, desde sus comienzos, siempre estuvieron en la disyuntiva estatal o privada, pasando por varios modelos, según el gobierno de turno. En 1976, la junta militar durante el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” la administración correspondió a la Armada.

Esa condición siguió hasta 1983 que, con la vuelta de la democracia, fue corrido el ejército, prosiguieron de gestión estatal las privatizaciones alcanzada allá por 1990.

“Yo entré a trabajar en la Dirección de Televisión, todos los canales eran estatales, desde ahí monitoreamos y trabajamos en la parte técnica el Mundial 1978 y otros eventos. En 1981, ya quedo como planta estable de Canal 13 como Jefe Técnico, pasé la privatización de 1990 y me jubilé, luego de 41 años, en 2019. Ahora me dedico de lleno a mi mujer Ana Rosa que llevo 45 años de casado, a mi hijo Maximiliano, a mi nieto Tiziano, a la familia, en fin”.

Su formación de Ingeniero le sirvió para conseguir el empleo, pero su perfeccionamiento en torno a lo que tenía que hacer en televisión lo fue nutriendo a través de los años y la ayuda de los compañeros. La Gerencia del canal nunca le significó una meta a lograr y hoy se conforma, sin remordimientos, con sus logros alcanzado en los 38 años de Jefe Técnico. Avanzar le hubiese significado el desarraigo de la ciudad para dedicarse full time al trabajo en CABA.

Por lo tanto, su voluntad fue permanecer en La Plata y su tarea de viaja al barrio de Constitución la convirtió en un disfrute. “Iba en micro, tren, auto, he ido y vuelto disfrutando del viaje. Aún hoy me tira mucho todo lo que tiene que ver con el transporte. Elaboré un seguimiento del Tren Universitario, tengo mi postura en cuanto al metro bus en La Plata, he asesorado a empresas, me gusta mucho. Trato de devolverle a la sociedad todo lo que fui aprehendiendo”.

Durante su carrera, más de 40 años en los medios, fue testigo del avance tecnológico. Apenas entró conoció los sistemas importados para el Mundial, la nueva tecnología implantada en la sede de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, ENTEL, que funcionó en la Argentina desde 1956 a 1990 y la incorporación de nuevas avanzadas europeas.

Los 80 no comenzaron sencillos para Aurelio porque se incendió Canal Trece, que fue socorrido por el resto de los canales estatales. “En 1980 se incendió el canal, nosotros desde la Dirección de Televisión ayudamos tecnológicamente en los vivos que se hacían desde un bar en la esquina del canal y los programas grabados se realizaban en otros canales estatales como el 7, 9 o el 11.

Esa época fue compleja, yo llegué al 13 en 1981 y enseguida tuvimos la partición que se hizo con el paso de la Autopista 25 de Mayo por el medio. Esa época fue caótica” declaró.

En ese sentido, aportó que “lo que me impactó en esa época era la capacidad técnica operativa que tenían los canales, la matriz era muy buena como fue lo que dejó Goar Mestre (conocido como el padre de la TV latinoamericana) o Alejandro Romay en el 9, o los que pasaron por el 11 dejando lo suyo. Con la privatización hubo mucha limpieza. Se reemplazó la calidad por efectividad, mudaron las formas, hubo racionalización del personal, todo cambió para peor”.

Conoció prácticamente todos los países de América gracias a su tarea. Como asistente técnico en las transmisiones del fútbol fue a Paraguay, chile, Uruguay, México, Venezuela, Brasil, Colombia, México. En 1995 viajó a los Angeles para cubrir los Oscar y recorrió Miami junto al programa de Julian Weich: “Sorpresa y media”.

Su manejo del italiano y su capacidad operativa fue puesta a prueba en marzo de 2013. Horas después que los obispos del Vaticano votaron en favor de que Jorge Bergoglio se convirtiera en Papa, el periodista Julio Bazán andaba en a los codazos para lograr lo que se llamaba un “Punto de envío de señal”, desde donde todos los acreditados del Mundo sin un móvil satelital, salían diez o quince minutos, según la pauta pagada por la empresa.

“Apenas pisé el canal me llamaron desde la gerencia ejecutiva para consultarme cómo podíamos hacer. Gracias a mi fluido italiano y unos contactos que yo tenía en la RAI (Radio y Televisión Italiana) conseguimos un pequeño móvil que tenía salida satelital, fue un gran logro que tengo en mi carrera”, aseveró Di Francesco.

De a poco, el entrevistado fue soltando otra anécdota: “En su momento, para la salida satelital, se tenía que tramitar la señal vía ENTEL, hacer los enlaces, trabajar en la técnica. Nos tocó un partido de Gabriela Sabatini, no recuerdo en dónde, pero por lluvia empezaba y se cortaba. Lo demoraron cerca de 7 a 8 horas. Allí estuvimos pegados a esa transmisión de para subir, bajar, pedir, cambiar de satélite en satélite. Te daban una hora en uno, media en otro, fue muy duro. Lo mismo pasaba con las trasmisiones de futbol, si eran definitorias y por ahí había alargue, eran arduos trabajos. Finalmente, cerca del año 2000 ese se solucionó y fue mucho más fácil salir al aire”.

El que lo conoce sabe que a Aurelio le gusta hablar. Es muy sociable y se detiene a charlar con cuanta persona le retribuya el mensaje.

De esa virtud o defecto se hace cargo: “Yo soy una persona muy comunicativa, charlaba con todo el mundo. Así conocí a Sergio Villarruel, Ramón Andino, Juan Carlos Pérez Loizeau, Roberto Miranda, Mónica Cahen D'Anvers y Cesar Mascetti, Mario Mazzone que en paz descanse, Sergio Lapehue, Guillermo Lobo, todos los que entraron en eses época, con los que tuve la suerte de intercambiar experiencias”.

“Estaba “Pepe” Gil Vidal (José Antonio) un excelente periodista, Silvia González, Luis Otero, un montón, un montó repite, Guillermo “Macu” Mazzuca, recuerdo a un enorme periodista de criminalística como Enrique Sdrech que falleció en 2003, a Mauro Zeta, Ignacio “Nacho” González; Santos Biasatti, Marcelo Bonelli, Osvaldo “Bebo” Granados, mucha gente”.

Parlare italiano li ha uniti con Rodolfo Ranni y con Gino Renni: “nos matábamos de risa porque todos nos miraban”. Recordó a Silvia Montanari, Nelly Raymond y a “Tato” Bores a quién apuntó como “una gran persona”. Aprendió de teatro viendo y conversando con Darío Vitttori, se divirtió con Jorge Guinzburg y Horacio Fontova. Disfrutó de Juan Alberto Badía y fue medio compinche de Xuxa con la cual charlaba seguido.

En su carrera conoció “mucha gente capaz y muchos ignorantes que se olvidaron que llegan gracias al trabajo de todos. Un día le expliqué a un conductor que se calmara porque si yo me ponía loco no salía al aire, con el tiempo la entendió” y argumentó que “el trabajo se debe hacer con todos, con lo que conocen como la cucharacha uno va haciendo indicaciones. Se las di a Carlos Menem, De La Rúa, Alfonsín, Néstor Kirchner, Mauricio Macri, entre otros, y hasta muchos periodistas de cómo debían manejarse en cámara”.

Claro que en televisión están los peso pesado y uno de ellos fue sin lugar a dudas Gerardo Sofovich con el que tuvo un cruce con el que temió que le cueste el trabajo.

“Un día Sofovich vino a hacer la Noche del Domingo y me dice que su productor le había dicho que su programa salía en directo en Tucumán, lo cual se lo negué y le dije que estaba equivocado. A Gerardo nadie le discutía nada. Yo no le tenía miedo” aseveró.

Di Francesco estaba muy seguro de lo que hablaba porque para que se autorice una salida en vivo en esas épocas, la gerencia lo debía avalar y era justamente él el encargado de darle la orden a ENTEL para que retrasmita, en este caso, la señal a Tucumán.

“Le negué varias veces y ahí quedó” dijo al final de la entrevista y agregó “cuando me voy el productor y el operador de cámaras me encaran por qué había contradicho a Gerardo. Les expliqué que yo le decía la verdad, que era diferente a contradecirlo. A la semana me mandó a llamar por la gerencia, un viernes, yo entraba el domingo. Cuando fui a verlo después de mi trabajo lo tuve que esperar y pensaba que me echaban. Me recibió Sofovich y se disculpó y a partir de ese día, comenzamos una hermosa amistad laboral. Siempre me pidió para trabajar”.

Hoy Aurelio pasa sus días vinculado a algunas radios haciendo columnas de opinión, es investigador de temas relacionados con el transporte público y publicó un canal de YouTube siguiendo la ampliación de Tren Universitario en La Plata.

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