Panorama Político Platense
No es la tierra prometida

Alak se pasea con una gestión que ya es una bolsa de gatos

Julio Alak se permitía ir un paso adelante como Patrick Jane y no como ahora que parece el viejo de la bolsa. En este caso, el viejo de la bolsa de gatos. (Dibujo: NOVA)

Más allá de lo que ocurre en la ciudad, la instancia política de tener a un enemigo en el Gobierno Nacional como lo es Javier Milei, ha llevado a los popes de la política a jugar un juego descarnado en donde la ferocidad de los actos, eligiendo afines por sobre gente más capacitada, está logrando hacer que la gestión naufrague y el vecino la sufra.

Muestra de ello es la elección que se hizo en las Delegaciones Comunales en donde dejan a las claras el abandono de las barriadas platenses. Allí, Julio Alak, buscó entre los propios y así le va.

El Municipio de La Plata es una muestra exacta de lo que ocurre a nivel gobernación. En la ciudad como en la Provincia, los acomodos en base a simpatías y codazos están a la orden del día. El intendente, que sabía de antemano lo que se iba a encontrar, está llegando a mediados de año con una gestión que si se pudiera medir es de regular para mala.

El vecino lo palpa cada día. Nota la falta de servicios, controles y gestión. Alak pensó imponer un rumbo posicionando un crisol de agrupaciones, corrientes, sectores políticos, con una conducción del FAP por encima de ellos, pero sin lograrlo.

La política es plata y poder, y ese es el primer gran impedimento para que la cosa funcione. El no hay plata es real y los “muchachos” están preocupados. Cobraron los secretarios y nadie más. Algún subsecretario, tal vez, pero allí para abajo, no aparecieron las firmas. Eso sí, ningún chistar, todos siguen como los perros observando cada movimiento de la mano del amo para que les tire el hueso.

Algo empezó a ocurrir. Que Axel Kicilof comenzó con su armado, hubo lanzamiento en La Plata, no es novedad. Esta semana habló “Cristina”, un par de ocasiones, para referirse a la Ley de Bases y poner en evidencia el RIGI. Dos pequeñas salidas. Detrás Máximo Kirchner anunció elecciones internas para noviembre, en un claro movimiento de saber quiénes son del mismo equipo.

En tanto en la ciudad, el alakismo a pesar de tener el poder no suma, resta. La mayoría de la Delegaciones Comunales fueron a parar en manos inexpertas o de gente sin tanta noción de gestión, salvo honrosas excepciones, pero la cosa no marcha y los militantes se empezaron a abrir porque no encontraron lugares ni contratos. Ya hubo en varios barrios como la tercera, sexta y séptima sección, reuniones de referentes sin alakismo ni La Cámpora.

Mientras tanto, los concejales y las concejalas del oficialismo están para ir a Mundo Marino, nada de nada. No proponen, no gestionan, no levantan la voz y en las Comisiones no pueden parar ningún despacho. Están más preocupados en poner bien las x y las e, que en darle un debate con altura y gestión a la oposición.

Por su parte, la fracturada oposición platense maneja las comisiones a su antojo e impone mayoría. El único que se hace golpear por los propios y extraños es el concejal Nicolás Morzone que, hasta el momento, pareciere ser el único que puede dar la pelea o la discusión en el ida y vuelta. Obvio que hay tipos como Javier Mor Roig o Diego Rovella que tienen más recursos, aunque no se vienen desgastando últimamente.

La dinámica es más sencilla en este caso. De los tres, barra cuatro bancadas locales opositoras, están los de paladar negro macrista/garrista que se quedaron esperando la llegada del líder que no aparece porque está en plena negociación con la gente de Milei. Los radicales, muy radicales, por cierto, hacen la misma de siempre junto a sus asociados del PRO que no son tan macristas, y es la de correrse, armar algo para que se vea y esperar.

La oposición también se la juega en la arena política y no es poco. Los que aún se definen como “garristas” o “macristas”, están muy dispersos esperando que baje una conducción a marcarles el camino. Otro sector, más radical y emparentados con Horacio Larreta en ese espacio, arrancaron con plenarios sumando actores de la política local que siempre fueron afines.

El que viene jugando fuerte es Juan Pablo Allan que, con el peso de la Nación, pero linaje mixto, toca entre Juntos por El Cambio y La Libertad Avanza convocando punteros políticos, algunos sin pelo ni marcas que han andado por cuanta versión rentada ha aparecido, para erigirse como el líder opositor. Lo dice en todos lados que va a ser el próximo candidato a intendente.

Con respecto a estos últimos, el bloque que tiene como referente a Guillermo Bardón presentó en la última sesión, muy vivo y astuto, varios cambios a considerar del Reglamento Interno del Concejo Deliberante, con la firme intención de que se puedan crear interbloques para poder asociarse a otros espacios.

La Libertad Avanza viene olfateando, como ocurre en el resto del país, que la unión de Juntos por el Cambio se encuentra fragmentada y la polarización política los lleva, inexorablemente a integrarse a los sectores más afines. Al fin y al cabo, con mucho tiempo y recorrido político, Lilita Carrió. Lo anticipó hace casi un año atrás cuando observó el crecimiento de la derecha en ese espacio político.

Al Julio que sabía le falta mucho para lograr un equilibrio interno de sus fuerzas, mostrarle al vecino que lo eligió que hoy está sumamente decepcionado que puede gobernar la ciudad y dar muestras de conducción a nivel legislativo local copando la transversalidad política como lo ha logrado en viejas ocasiones. Claro está, ese era otro Julio Alak, que se permitía ir un paso adelante como Patrick Jane y no como ahora que parece el viejo de la bolsa. En este caso, el viejo de la bolsa de gatos.

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