En cualquier municipio del país es posible poner en marcha una comunidad terapéutica pública y gratuita

Por Claudio Gustavo Rojas (*), especial para NOVA
En nuestro país los jóvenes se mueren por la droga, los niños por desnutrición, los abuelos por falta de medicación y los nadies de frio.
Está claro que el único camino de aquí en adelante es pensar en políticas públicas que impacten en estos focos que es el resultado de falsas promesas y que nos llevan a un alto nivel de pobreza y tristeza colectiva.
Argentina cuenta con la Ley Nacional de Salud Mental y Adiciones, una ley que a la actualidad viene fallando en su implementación. La falta de presupuestos en materia de salud pública y el desmantelamiento de hospitales públicos, de dispositivos provinciales y nacionales son algunos de los datos ya conocidos que podemos mencionar.
El changuito de Humahuaca y el pibe del conurbano bonaerense deberían tener la misma posibilidad de un tratamiento o una evaluación sea por salud mental o por adicciones. La ausencia del Estado y el desamparo que sufren miles de familias que luchan día a día con un hijo, un hermano o un esposo con adiciones es la agonía de una problemática social que todos hablan y pocos hacen.
Hoy con decisión política y recursos propios en cada municipio del país es posible poner en marcha una comunidad terapéutica pública y gratuita, fortaleciendo desde las comunas todos los espacios de promoción, sensibilización y abordaje. Solo desde el trabajo territorial es posible abordar esta problemática.
(*) Psicólogo social