A la hora de elegir, asegura que le encantan las campañas gráficas. “Los desfiles no, porque no me gusta la presión de tener que cuidarme estéticamente para ese momento. Disfruto mucho de lo que se genera en lo gráfico. Me gusta tanto que en algún momento pensé en estudiar fotografía”, agrega.

“De todo, lo más importante que tengo para contarte es que tengo una hija de siete años que es todo para mí”, advirtió en el medio de la charla Melisa y la conversación tomó otro rumbo. “Me siento diez mil veces más grande, más madura, ella es el motor de mi vida y me ha hecho crecer un montón”, señala emocionada al referirse en qué le cambió la llegada de la bella Jazmín.

Relata que cuando cursaba el último año de la secundaria quedó embarazada. “Me costó mucho, fue muy duro llevarlo porque mientras mis compañeros se estaban yendo de viaje de egresados, yo esperaba la llegada de mi hija”, recuerda y agrega: “A partir de su nacimiento, mi vida se depositó en sus necesidades. La vida de uno pasa a un segundo plano para siempre”, resalta emocionada y agrega entre risas: “Ella es mil veces más hermosa, ha hecho campañas y le encanta todo lo relacionado al modelaje”.

Estudiante de radiología y empleada en la administración de un reconocido gimnasio platense, adelanta que el año próximo comenzará a estudiar obstetricia. “La idea surgió en el mismo momento del parto, pero como las prioridades cambiaron con el nacimiento de mi hija, lo postergué”, y añade que en el futuro, si no es desde la Obstetricia, se ve trabajando y ayudando desde alguna otra disciplina del sector sanitario.

“En algunos años me veo ligada a la medicina, tratando de ayudar a los más chicos, que son los más vulnerables”, adelanta Melisa y añade que por estos días, todos los viernes, llega hasta un comedor de Altos de San Lorenzo a ayudar a los referentes del lugar en tareas que tienen que ver con la alimentación y el esparcimiento de los más chicos.

“Estamos trabajando en un proyecto de contención a través de la lectura. No todo es llenar la panza. Es necesario, obvio, pero también hace falta contener a los chicos que viven en situaciones adversas”, manifiesta y agrega que “ese espacio compartido, ese momento es incambiable. Los chicos son puros y cuando te preguntan ¿cuándo volvés?, abrazándote, te das cuenta que lo que más necesitan contención y con esos abrazos te llenan el alma”.

“No puedo decir cómo sería mi vida hoy sin hija, ella es el centro de todo y crecemos juntas, acompañándonos y compartiendo todo. Algún día volveré a formar a una familia, pero mientras eso llega ya soy feliz con lo que tengo”, concluyó Melisa.

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