Según manifestó María, ex trabajadora administrativa del turno noche que dejó sus funciones hace cinco meses junto a su compañera Sabrina Rac, (enfermera), en el sanatorio que es propiedad de Silvia Arzuaga, pareja de Néstor Porras (presidente de FECLIBA, que nuclea a más de 300 clínicas bonaerenses) les dejaron de pagar los sueldos, una de las razones de la renuncia, además de los malos tratos hacia los abuelos.

Las denunciantes agregan otra irregularidad: la clínica trabaja con médicos sin matrícula e ilustra que “el señor Donoso Branco” habría utilizado en varias ocasiones el sello de una médica de la localidad de Berisso ejerciendo en las áreas de terapia y guarida. “Recibía los pacientes y los internaba, modificaba indicaciones médicas”, ejemplificó, entre otras anomalías.

Pero en Los Tilos la lista de irregularidades sigue: según las denuncias “tiran los residuos patológicos en bolsas negras y las sacan afuera para que se lo lleve el camión de la basura”, situación que fue informada hace pocos días al Ministerio de Salud bonaerense, acompañando documentación fotográfica. Las denuncias están radicadas en la UFI Nº2, en el IOMA y el PAMI desde hace tiempo, pero nada cambió.

Como describió este multimedios en julio, “la vinculación de uno de sus propietarios con el poder hace que el lugar esté advertido cada vez que son inspeccionados”, lo que les da tiempo a “maquillar” irregularidades. La falta de insumos hospitalarios esenciales es otra de ellas.

Finalmente, María Carré, otra denunciante, aseguró que sin embargo “existe personal valeroso en la clínica y abocado, como otros que deberían acreditar sus títulos, ya sea personal de enfermería”.