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Caos institucional en el Lobo

VIDEO | Vergüenza en el Poli: se suspendió la Asamblea de Gimnasia entre sillazos, huevazos y bronca contra Cowen

Los socios hicieron sentir su descontento con la gestión de Mariano Cowen y la Comisión Directiva, en una noche que terminó con incidentes, gritos y la suspensión de la Asamblea Ordinaria.

Lo que debía ser una Asamblea Ordinaria para rendir cuentas terminó en un verdadero papelón institucional. En el Polideportivo Víctor Nethol, el presidente de Gimnasia, Mariano Cowen, y su Comisión Directiva no pudieron ni terminar de exponer los números del balance: los socios, hartos de la gestión, coparon el lugar entre abucheos, insultos y gritos de “que se vayan todos”.

El clima se tornó incontrolable apenas la dirigencia pisó el escenario. Más de mil socios presentes dejaron en claro su repudio hacia una conducción que, pese a hablar de superávit y “orden económico”, tiene al club sumido en la desconfianza, el caos futbolístico y la falta de transparencia. La situación se desbordó por completo cuando comenzaron los incidentes: volaron sillas, huevos y objetos hacia los dirigentes, que terminaron huyendo del lugar entre insultos y empujones.

Desde la Comisión Directiva intentaron mostrar los “logros” de gestión: un supuesto superávit de 4 mil millones de pesos y obras en distintas sedes. Pero entre los presentes, el número sonó a puro maquillaje contable, sostenido por ventas de jugadores como Felipe Sánchez y Benjamín Domínguez, mientras el club sigue sin un rumbo claro ni deportivo ni institucional.

En medio del caos, varios candidatos a presidente –Carlos Anacleto, Diego Patiño, Daniel Onofri, Toto Medina y Sebastián Gubia, entre otros– tomaron la palabra para pedir la desaprobación del balance y la memoria, además de exigir explicaciones por el presente futbolístico. “Den explicaciones de por qué llegamos a este lugar”, lanzó Gubia, en una frase que encendió aún más los ánimos.

La noche terminó como símbolo de lo que vive hoy Gimnasia: una gestión sin respuestas, una hinchada cansada y un club que pide a gritos un cambio profundo. Cowen y su comisión quedaron otra vez en el centro de la tormenta, cuestionados por dentro y por fuera, y con un panorama político cada vez más caliente de cara a las elecciones de noviembre.

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