Lipovetzky, abogado y dirigente del PRO, inició su carrera política en la capital bonaerense, de donde es oriundo. Fue diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y posteriormente ocupó una banca en la Legislatura bonaerense representando a la Séptima Sección Electoral, que incluye municipios del centro de la provincia, como Azul, Olavarría y Bolívar.

Este salto ya había generado comentarios en su momento, dado que su residencia estaba en la Octava Sección Electoral, correspondiente a La Plata.

Ahora, su nueva postulación vuelve a generar sorpresa: se presenta como candidato a diputado nacional por CABA. El hecho resulta llamativo porque, según los registros, Lipovetzky mantiene su domicilio en la provincia de Buenos Aires, lo que plantea interrogantes sobre su vínculo territorial con la Ciudad y su legitimidad para representar a los porteños.

El caso expone una situación que no es nueva en la política argentina: dirigentes que cambian de distrito según la oportunidad electoral, dejando en segundo plano su pertenencia local o el conocimiento real del territorio que pretenden representar.

Sin embargo, la situación de Lipovetzky destaca por su particular recorrido, que lo llevó de ser un platense con carrera en la Legislatura bonaerense a buscar una banca por una jurisdicción completamente diferente.

Mientras tanto, el dirigente evita la polémica y se concentra en su campaña porteña, en la que busca reposicionarse dentro del mapa político del PRO, que atraviesa una etapa de reconfiguración interna tras la irrupción de nuevos actores en el espacio liberal y libertario.

El "viaje político" de Daniel Lipovetzky, de La Plata a CABA, reabre el debate sobre la representatividad y la coherencia territorial en la política argentina, donde los límites geográficos parecen, cada vez más, una cuestión secundaria frente a la estrategia electoral.