Perfiles urbanos
Exclusivo de NOVA

De un humilde comienzo en La Plata a una marca que hoy conquista a cientos de vecinos y hasta a deportistas famosos

La emprendedora Chiara junto a su padre, quien la ayuda.

Por Alejandro Casalongue, de la redacción de NOVA

Matear nació en 2022, fruto de la chispa y la valentía de Chiara, una joven de apenas 18 años que decidió animarse a dar sus primeros pasos en el camino de la independencia.

Con más sueños que certezas, buscaba generar sus propios ingresos para cubrir gastos, mimarse con algún que otro gusto y, sobre todo, demostrar que con ganas se puede empezar desde cero.

Su primera idea fue meterse en el mundo de la moda, pero pronto se topó con un escenario complejo: talles que no calzaban, tendencias que cambiaban al ritmo de las estaciones y un público cada vez más exigente.

Fue entonces cuando se hizo una pregunta clave: ¿por qué no apostar a algo que no pase de moda, que no tenga género y que sea parte de nuestra identidad más profunda? La respuesta estaba en sus propias manos: el mate.

En su casa, el mate siempre había sido sinónimo de encuentro, de charlas eternas y de afecto compartido. Esa costumbre familiar, tan cotidiana y a la vez tan trascendente, se convirtió en la musa de un proyecto con alma propia.

El comienzo fue humilde: tres mates, un termo y las primeras ventas ofrecidas en la estética de su mamá. Al principio, el camino no fue sencillo, pero las redes sociales se transformaron en su gran aliado. Con creatividad y constancia, la marca empezó a ganar espacio y a conquistar corazones.

Con el tiempo, su papá Daniel se sumó para darle una mano en la administración, mientras Chiara se enfocaba en la comunicación, la atención al cliente y el pulso de las redes. Así, Matear dejó de ser solo un emprendimiento para convertirse en un proyecto familiar, donde el amor y el esfuerzo se mezclan en cada detalle.

Hoy, Matear ya no es solo un sueño juvenil: es una marca elegida por cientos de personas y hasta reconocidos deportistas como Majo Granatto, Brisa Bruggesser, Eugenia Trinchinetti, Benjamín Rollheiser y Román Gómez. Cada producto que sale de sus manos lleva la calidez de un abrazo, la pasión por el mate y la dedicación de una familia que supo transformar una idea en una historia de amor, tradición y crecimiento.

Los grandes sueños nacen de los pequeños comienzos.

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