Política
Juegos, trampas y dos armas humeantes

Walter Leguizamón en la mira: el narcotráfico se esconde tras la interna de la Uocra

Walter Leguizamón en el ojo de la tormenta.

En los primeros días de abril de este año empezaron a trascender los enfrentamientos entre diferentes militantes de la Uocra de la zona sur, especialmente de Florencio Varela, Lomas de Zamora y Quilmes.

Las escaramuzas dejaron un saldo importante de heridos graves, zonas liberadas con el beneplácito de la policía lugareña y una trama que quisieron esconder tras una supuesta interna familiar pasional entre Walter “Lobo” Leguizamón, adjunto de la Uocra de Lomas de Zamora, y un militante de la poderosa seccional Quilmes-Florencio Varela-Berazategui, Daniel Figueredo.

Ambos son cuñados, y esta hipótesis, que la misma gente de la UOCRA dejó trascender a los medios, es que la disputa por espacios que estarían disputando dentro del gremio que conduce Gerardo Martínez, sería solo una “pantalla” que esconde la realidad de lo que está pasando en las calles de esta zona populosa del Conurbano, acosada por altos niveles de inseguridad y e ilícitos de toda índole.

Hoy, las causas en marcha a varios de los integrantes de las dos seccionales están empantanadas por las influencias e intereses políticos. Un interrogante común en la zona sur es el paradero del titular de la seccional Quilmes-Florencio Varela-Berazategui, Juan “Lagarto” Olmedo, que está desaparecido de los lugares que suele frecuentar, incluso del mismo gremio que conduce.

Lo que cuentan por las calles de la zona sur es Olmedo tiene miedo de morir en manos del incipiente poder mafioso que el “Lobo” Leguizamón habría conquistado a partir del terror a base de armas y violencia que sembró en el último año y medio.

Aquí está el verdadero nudo gordiano de la cuestión: el control en las calles para la distribución de drogas, fundamentalmente marihuana de Paraguay y cocaína de Bolivia, que sería distribuída por la mano de obra de estos gremios, que encontraron en el narcotráfico un negocio y financiación para un mejor estilo de vida.

El jefe mayor Gerardo Martínez nunca escapó a la realidad que se vive en estas delegaciones populosas del Conurbano, pero después de los graves hechos acontecidos y que tomaron luz pública terminó soltándoles la mano. Esta actitud, le reprochan, es palpable en sus declaraciones posteriores a los hechos y en lo que envió como mensaje a estas seccionales: se terminó la protección y la Justicia tomará las decisiones que correspondan.

Por lo que se sabe, el “Lagarto” Olmedo tiene miedo, y por varias razones: está enfrentado a Martínez y la policía local hace que investiga pero mira hacía otro lado, aunque su principal preocupación son sus prácticas de terror. Erigido como una de las figuras vinculadas al narcotráfico vernáculo, el “Lobo” se abre camino.

Acuerdo

Fuentes locales aseguran a este medio que Leguizamón tendría un acuerdo con la Jefatura Departamental de Lomas de Zamora, que avanzó gracias a las gestiones del comisario mayor Carlos Perillo, a cargo de la departamental de Lanús. El objetivo: garantizar protección y zonas liberadas.

El conflicto con Figueredo nació cuando su hermano mayor, Juan Carlos, fue corrido hace dos meses como vocal titular de la seccional Lomas de Zamora por el sector que responde a Walter Leguizamón.

Su hermano menor recibió un balazo en un glúteo. Su compañero Elbio Lobo recibió un disparo en la pierna. Otros cuatro también resultaron heridos por la balacera de Leguizamón.

“Habíamos jugado al fútbol en una canchita de ahí cerca, comimos un asado, y después, mientras charlábamos al lado del tacho con fuego, pasó el auto con tres personas, se detuvo, nos dispararon y arrancaron de nuevo”, contaron Figueredo y Lobo a Clarín.

Junto al “Lobo” detuvieron a Jorge Núñez, a quien también le habrían hallado armas en su poder. Juan Carlos Figueredo tiene una causa abierta contra Leguizamón por “amenazas”. Fue cuando, hace dos meses, lo corrieron de la vocalía en la conducción de la seccional Lomas de Zamora.

“Amenazaron con agarrársela con mi familia”, le dijo Figueredo al matutino. “Que quede bien claro. Esto no fue un enfrentamiento sino un ataque”, sostuvo Figueredo. Habrá que seguir investigando.

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