Punta Indio
A la altura de Punta Indio

Tres hombres naufragaron con su gomón en el Río de La Plata

El motor se descompuso y durante varias horas estuvieron a la deriva. Llegaron remando con una tabla hasta la costa, donde fueron rescatados.

Este domingo, la sudestada del Río de La Plata arrastró el gomón en el que habían salido a navegar por primera vez Daniel Romano (55), su hijo Jonatan (30) y un amigo de este último, Sebastián Ojeda (29).

Los hombres son oriundos de Morón y de Ituzaingó y habían llegado a la casa de unos amigos en el Barrio Sarandí de Punta Indio. Aprovechando el hermoso día, decidieron salir a navegar.

Las horas fueron pasando y las visitas no regresaban a la casa de quienes los estaban hospedando, por lo que a las 17:00 horas, dieron aviso al Puesto de Vigilancia Policial.

El encargado, oficial principal Leandro Amaya, comunicó lo ocurrido a la Fiscalía, que dispuso avisar a la Prefectura. Al rato estaban surcando el cielo puntaindiense un helicóptero de esa fuerza que custodia la costa y un B200 de la base Punta Indio, que también prestó colaboración en la búsqueda.

También participaron de la búsqueda la Policía Comunal de Punta Indio con sus jefes al frente, y dos motos de agua de Prefectura, que el lunes trajeron desde la costa el gomón abandonado.

Según publica el portal EL COLONO Digital, los minutos iban pasando, el sol se fue escondiendo y la oscuridad fue ganando terreno. Las aeronaves no podían continuar buscando porque ya no se veía casi nada y, a pesar de la angustia, debieron suspender la búsqueda.

El patrullero policial estuvo merodeando en las calles de la zona de aquel barrio durante toda la velada, pero nada extraño se vio en medio de la oscuridad, a pesar del intenso rastrillaje.

Cuando el sol comenzó a asomar, el móvil andaba por la ruta 11 cuando, a la altura del camino que va para Jonte, vio a uno de los náufragos; los otros dos venían más rezagados campo traviesa.

Cuando los rescataron, los hombres, que tenían mucho frío porque andaban de bermudas y manga corta, contaron que se les había plantado el motor en el río y que la sudestada los había arrastrado hacia la costa. Hasta allí llegaron remando con una madera que encontraron y, con mucho esfuerzo y desorientación, tras toparse con zanguijuelas y lastimarse con los pastos y juncos duros, empezaron a caminar hasta que dieron con la cinta asfáltica.

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