Asimismo, el académico tildó al hecho como “muy grave porque un represor que secuestró, torturó y violó ande en libertad y sea avalado por la Corte no tiene cordura”. “Y lo que le pasó al fiscal tiene que ver con ésto porque lo golpearon y amenazaron de muerte en su despacho, igual a lo que ocurrió durante los ocho años de dictadura”, amplió.

Ante la pregunta por los integrantes de la Corte Suprema, Plaza fue determinante: “Todo el sistema necesita una renovación”. “La Corte Suprema es un poder del Estado pero con un orden jurídico que deriva de la dictadura, es un campo minado que quedó desde esa época. Hay que cambiar todo esto”, sostuvo.

“Uno fue víctima de la dictadura con mi exilio y la desaparición de mi hermano, siento impotencia con esta decisión que significa un gran retroceso para toda la sociedad. Además estos ´muchachos´ van a estar libres mañana y voy a tener convivir con ellos. Es mi ejemplo, uno de 30 mil”, afirmó indignado.

Por último, “Tito” Plaza aseguró que la posibilidad de salir de este presente es “con la urna, es nuestra única herramienta”.

“Es un insulto a la vida”

El concejal peronista y exintendente de San Fernando, Osvaldo Amieiro, vinculó la decisión de la Corte con el macrismo. “Hay un Gobierno en que muchos de sus partícipes fueron beneficiados por los golpes de Estado y ahora que son Gobierno por el voto popular ejecutan lo que sienten y piensan”, manifestó a NOVA.

“Estoy en contra de lo sucedido, es un insulto a la vida, pido Memoria, Verdad y Justicia y por ello tiene que haber cárcel para todos los partícipes del genocidio”, completó.

Corte Suprema: 3 votos a favor contra 2 y se desató la polémica

La decisión de la mayoría, constituida por los ministros Elena Highton de Nolasco, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, declaró aplicable la ley en el caso de Luis Muiña (expediente “BIGNONE, Benito A. y otro s/recurso extraordinario”). En disidencia votaron los jueces Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda.

Los jueces que votaron a favor afirmaron que la mejor respuesta que una sociedad respetuosa de la ley puede darle a la comisión de delitos de lesa humanidad, y la única manera de no parecerse a aquello que se combate y se reprueba, es el estricto cumplimiento de las leyes y de los principios que caracterizan el Estado de Derecho lo que en el caso exigía hacer lugar a la pretensión de Muiña.

Cabe recordar que Muiña fue condenado a 13 años de prisión como coautor del delito de privación ilegal de la libertad y tormentos sobre personas que estuvieron detenidas ilegalmente en el Hospital Posadas en 1976, la mayoría de ellos eran médicos, durante la última dictadura cívico-militar.