Judiciales y Policiales
Les confiscaron la mercadería

Tensión por megaoperativo policial en el centro platense para desalojar a los vendedores ambulantes

El megaoperativo se llevó adelante con guardias de la Gendarmería, Policía Local, Federal y Bonaerense. (Foto: NOVA)

Media hora. Ese es el tiempo que le llevó a los uniformados y al personal de Tránsito para erradicar –temporalmente- a los manteros que estaban apostados en la vereda de calle 7 entre 44 y 54 de la capital bonaerense.

El megaoperativo se llevó adelante con guardias de la Gendarmería, Policía Local, Federal y Bonaerense. La postal final, luego de los momentos de tensión, fue unas diez cuadras desoladas, sin gente. Sólo algunos oficiales y agentes de tránsito parados en las intersecciones para desviar los vehículos.

En este contexto, Pablo –propietario de un comercio de electrónica en 7 entre 48 y 49- consideró en declaraciones a NOVA que “no es la manera de sacar a los manteros. Hace 20 años que tengo el local en el centro y ellos quieren laburar”.

“Tienen familia como cualquiera de nosotros, no entiendo a los que dicen que les molestan su trabajo”, agregó en clara discrepancia con la política que promueve el alcalde de Cambiemos, Julio Garro.

Cabe mencionar que como resultado de los operativos habría más de 15 senegaleses demorados por la venta ambulante, que fueron detenidos violentamente por agentes policiales en inmediaciones de las calles 8 y 50.

Con el pasar de los minutos fue creciendo la tensión entre los vendedores ambulantes y los efectivos de seguridad que confiscaron la mercadería perteneciente a los manteros. Se produjeron algunas corridas y algunos cruces verbales que no pasaron a mayores.

Principalmente, las recriminaciones eran contra el secretario de Convivencia y Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, a quien acusaron de prohibirles el trabajo en las veredas del centro platense y de haber incumplido las promesas que había realizado una vez que asumió su cargo.

En el medio de la desorganización por el operativo en conjunto entre la Policía Local y los agentes de tránsito, la queja de los vendedores ambulantes se centraba en que al ser decomisados los productos que comercian, no tendrán dinero para darle de comer a sus respectivas familias.

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