Sonó el reclamo de la Ucecaa: "La Cultura es un derecho humano y el Estado no puede estar al margen"
Artistas y vecinos se reunieron este miércoles al cierre de la sesión ordinaria del Concejo Deliberante, para reclamar junto a la Unión de Centros Culturales Alternativos y Artistas (Ucecaa) de La Plata una nueva Ordenanza municipal que contemple “la multifuncionalidad de estos espacios”.
Pese al mal tiempo que obligó a trasladar el evento una semana después de lo acordado, cuatro bateristas (miembros de reconocidas bandas locales como Setenta Balcones y Skanking Club) emplazaron sus instrumentos en la entrada a la Municipalidad y tocaron coordinadamente para que funcionarios y concejales escucharan el pedido.
Más de 25 instituciones de la ciudad conforman una novedosa y creciente red en pos de fomentar la cultura en los barrios, brindando talleres (mayormente gratuitos) de distintas disciplinas para todas las edades, ofreciéndose como escenario para pregonar a los diversos y numerosos artistas de un distrito tan vasto y rico como el platense.
“Estamos reclamando que se reabra el debate por una nueva Ordenanza para Centros Culturales Alternativos y Autogestivos. Ya hay un Decreto y una Ordenanza pero son legislaciones vetustas, que conducen indefectiblemente a una habilitación comercial, y nada más alejado de nuestra tarea que lo mercantil” explicó Rosanna Chiappe, integrante de la Ucecaa y referente de la Casa de Cultura El Jacarandá.
En tal marco, destacó el importante rol social que cumplen los centros como “prestadores de un servicio” a la comunidad, recordando que “la Cultura es un derecho humano y el Estado no puede estar al margen”. Exigió en nombre de todos “el amparo legal con lo que ello implica, que nos reconozcan como trabajadores y promotores de la Cultura”.
“No somos bares, no somos boliches. Lo ideal sería una Ordenanza que contemple las particularidades de nuestros espacios y nos de instancias de habilitación diferenciadas, que sea más abarcativa”, amplió en diálogo con NOVA.
Y remarcó: “No queremos un permiso tácito de funcionamiento. Llevamos un control responsable de nuestros espacios y lo que más deseamos es la habilitación sin dejar de lado el fomento del Estado”.
Este es el inicio de una ardua lucha que día a día suma adeptos y el próximo 5 de septiembre volverá a materializarse en un gran festival, con el fin de demostrar que “todos tenemos derecho al libre acceso a los bienes culturales, para el desarrollo humano”.
