Política
El escenario político en La Plata

¿Radicales con Garro?: "aliados" en el Concejo y excluidos de la gestión

Señales de alerta. Muchos “boinas blancas” cuestionan por lo bajo la marcha de la gestión, pero cuidan las formas. Florencia Rollié, Marcelo Uriarte, Sergio Panella y Juan José Cardozo (Ilustración: NOVA)

El radicalismo fue la columna vertebral del triunfo de Cambiemos en varios distritos de la Provincia y La Plata no fue la excepción: el jefe comunal macrista Julio Garro llegó a la intendencia gracias al efecto arrastre de la boleta presidencial de Mauricio Macri y, entre otros aspectos, gracias al aporte realizado por dirigentes del centenario partido, que tras las primarias de agosto aportaron más de medio millar de fiscales, herramienta electoral de la que el Pro carecía.

Pero a poco de cumplirse un semestre desde la asunción del mandato –el próximo 10 de junio-, ya existen varios sectores de la UCR que comenzaron a mirar con lupa las acciones gubernamentales surgidas en la intimidad del Palacio Municipal de calle 12, muchas enmarcadas en un contexto de inflación creciente, ajustes y “tarifazos”, que, aunque no son decididos en la sede de plaza Moreno, impactan de lleno en la economía y el humor social platense.

Frente a una encrucijada “ideológica”, muchos de los “boinas blancas” de la capital provincial miran con recelo algunos aspectos de la marcha de Ejecutivo. Recuerdan que cuando se conformó el Gabinete municipal, hubo sectores que jugaron en la interna que no fueron incluidos –como el del ex diputado Sergio Panella, el primer díscolo- y otros que fueron integrados a medias.

El otro internista que jugó en las PASO es Claudio Pérez Irigoyen, cuyo sector fue pago con puestos en la Secretaría de Salud, pero antes de que el 2015 fuera historia ya nadie hablaba de co-gobierno.

En el caso del empresario de la electrónica y las luminarias, al menos un hombre cercano a su espacio recaló como prosecretario legislativo: se trata del ex edil Fernando Gando, un moderado que supo serle fiel durante gran parte de su carrera política. Pero la sangría por la falta de espacios en el Ejecutivo -donde se le negó la estratégica Secretaría de Gestión Pública- todavía persiste.

Este medio informó en reiteradas publicaciones cómo fue el derrotero de la relación de los principales dirigentes radicales con el jefe comunal platense: según el tramo del semestre de que se trate, hubo apoyos “incondicionales” y “focos de resistencia”, principalmente desde la conducción partidaria todavía encabezada por el cardiólogo Marcelo Uriarte y el ex concejal Marcelo Viñes, presidente y vice de la Junta Central de calle 48, sede que Panella rara vez frecuenta, aunque lo hizo en la última ocasión.

Justamente en ese sentido fue analizada por distintos observadores la convocatoria que el partido realizó a dirigentes y afiliados que integren el gobierno de Cambiemos en la ciudad. Aunque el cónclave se vendió en clave de “análisis de gestión”, no son pocos quienes lo entendieron como “un límite”. Y la respuesta de Garro a ese malestar creciente es la convocatoria a un nuevo almuerzo que se desarrollaría el próximo lunes, también en el club San Luis.

Días atrás, la concejal de Cambiemos Florencia Rollié –delfín de Pérez Irigoyen- se había pronunciado en un portal local: “Los radicales no formamos parte del gobierno municipal”, dijo. No descubrió nada, pero la frase sonó en tono de advertencia.

Ese es, con matices, el sentir de algunos ediles radicales, que en el Concejo tienen cuatro de las siete bancas propias de Cambiemos: además de Rollié, se sientan en ese espacio Guillermo Ronga, Claudio Frangul y Juan José Cardozo. El alfonsinista es el titular del bloque y quien generalmente sale "a bancar la parada", cuando las disputas verbales contra el peronismo se tornan moneda corriente en el recinto.

Los otros escaños son ocupados por Raquel Krakover –ARI-CC-, y los macristas Julio Irurueta y Guillermo Ponce –titular del cuerpo-. Pero el radicalismo ostenta casi el 60 por ciento del caudal legislativo oficialista.

Un operador del espacio resumió, sin embargo, la lógica actual de la relación. “Por ahora el despegue es a nivel ejecutivo, en el Concejo habrá moderación y respaldo”. Traducido: en el deliberativo la política de acuerdos parlamentarios tendrán mayor $ustentabilidad, aunque, como se advirtió en este espacio a principio de año, según marchen las circunstancias podría haber o no fisuras en ese ámbito.

En el Concejo hay un delicado equilibrio de fuerzas con nutridos bloques como el del peronismo -9 ediles en sus versiones ultraK y brueristas- y los renovadores massistas, con cinco concejales más el posible retorno de un actual uni-bloquista.

Lo que según se lee en las tertulias donde los radicales dicen en privado lo que no pueden decir en público es que “las cosas en el 2017 van a tener que cambiar”: el armado de las listas para las legislativas, será, el año próximo, un termómetro de la relación UCR- PRO. Cuando el ritmo de la campaña se acerque a esa instancia, comenzará a clarificarse el toma y daca del poder con vistas al próximo recambio parlamentario.

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