Política
Lo que esconde la polémica por los despidos

Ponce apuesta al desgaste de Garro: quiere reemplazarlo en la intendencia en 2017

¿Abrazo de oso? El titular del CD y sus ambiciones de quedarse con el sillón municipal. Es el primero en la línea sucesoria. La estrategia detrás de la sonrisa.

A veces el enemigo está adentro de casa. Ya no es un secreto a voces en los despachos más importantes del Palacio Municipal: el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Ponce, se aboca por estos días a delinear un estratégico juego a dos puntas: por un lado, se presenta como la cara institucional del macrismo en el parlamento platense; por otro se regodea con el tambaleo de los primeros 30 días de gestión del intendente Julio Garro, con conflictos por cooperativistas, el estado de la vía pública, los contratos masivos y la clandestinidad de la noche como temas candentes de por medio.

La compleja trama por los despidos de unos 4500 empleados temporarios y contratados de la comuna –de los cuales no menos de 2500 serían considerados “ñoquis”- dejó en evidencia las ambiciones del joven titular del cuerpo deliberativo, a quien en la marcha en la que la efectivos de infantería bonaerense reprimieron indiscriminadamente la provocación de algunos punteros del bruerismo y barras se vio sonriendo irónicamente en la ventana de uno de los despachos que dan a calle 12, tal lo reflejó el portal local Octava Sección. Fue un espectador privilegiado de los acontecimientos.

Quienes conocen al edil y saben de sus ambiciones personales, afirman que su “alegría” tiene motivos dobles: por un lado, el disfrute de ver cómo la policía castigaba a quienes fueron señalados como enviados del “peronismo en retirada” -aunque en verdad "la ligó" gente que nada tenía que ver con los disturbios-, pero por otro, la certeza de que esa represión, ahora “investigada” a pedido del propio Garro, iba a embarrarle aún más la cancha al jefe comunal macrista.

Ocurre que Ponce es el primero en la línea sucesoria municipal y según supo este medio de fuentes al tanto de sus intenciones ocultas, su idea sería apostar al desgaste del alcalde para quedarse como intendente en el turno electoral del 2017, donde habrá un contexto político signado por las elecciones legislativas y la renovación de media composición del recinto de calle 11 dará nuevas condiciones en el toma y daca del poder de la capital bonaerense.

Quienes alimentan esa teoría –para algunos observadores “descabellada a esta altura del partido”-, refuerzan la especie evidenciando el moderado respaldo público brindado por Ponce a la postura irreductible de Garro de no dar marcha atrás con la política de achicamiento y optimización de los recursos estatales.

De hecho no salió a dar declaraciones de explícito respaldo en las horas más críticas y sólo se abocó a fogonear un comunicado de prensa –rubricado por todos los ediles del hasta ahora “unido” bloque de Cambiemos- para amortiguar el impacto del distanciamiento puesto por la junta central de la UCR, que reunida en un plenario y como anunció este portal, ya “le marcó la cancha” al jefe comunal.

Ya hay quienes bautizan a Ponce como el "Pacharotti de Garro", en alusión a Javier Pacharotti, expresidente del Concejo, quien en medio de acusaciones de "traidor" fue desplazado de su cargo luego de romper con el intendente Pablo Bruera para pasar a jugar a las filas del Frente Renovador encabezado por Sergio Massa.

Con el diario del lunes en mano, la historia en aquel caso terminó con Pacharotti sin banca en el Concejo -ni espacio político que lo contenga- y Bruera desplazado luego de dos períodos de desgastante mandato. El macrismo tiene la ventaja de recién comenzar la gestión. Pero las disputas palaciegas ya están a la orden del día.

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