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¿Hasta cuándo?

Otra vez la discriminación en el boliche La Casona

La Casona, el boliche de la discriminación y violencia en La Plata. (Foto: NOVA)

Este último fin de semana, más precisamente el sábado por la noche, se vivió un episodio de discriminación en la puerta del boliche “La Casona Lounge Club”, en donde la seguridad del lugar no permitió el ingreso a varias personas sin argumento alguno.

Como ya es de público conocimiento, no es la primera vez que suceden estos casos aberrantes en el local de esparcimiento nocturno, ubicado en 44, entre 10 y 11 de La Plata. En donde los responsables de la firma, encargados y seguridad, demostraron tener el poder y no permitir que tres personas acudan a pasar un buen momento con amigos, como lo hacían muchos jóvenes.

Particularmente NOVA, presente en el lugar, fue víctima y pudo corroborar en carne propia como los relacionistas públicos del lugar no los dejaban ingresar. Los argumentos que se les indicó a dos de las personas que estaban en la fila, fueron simplemente: “Me dicen que ustedes dos no pueden entrar, córranse de la fila”, sostuvo un seguridad.

Al intentar encontrar respuesta, la cual no fue recibida por parte de ningún responsable del boliche, como es el caso de Federico Toribio, porque solo atinaron a esconderse como ratas, sin dar la cara; se pudo observar otro hecho de discriminación casi en simultáneo.

Francisco Troilo aguardaba en la fila de hombres y al llegar al sector donde el seguridad te levanta la cadena para poder poner un pie en el local, se le comunica que no puede hacerlo. Ante la solicitud de un por qué, el joven tampoco recibe respuesta e insiste en querer entrar, encontrándose con una negativa rotunda.

De esta manera, NOVA pudo dialogar con el joven que manifestó no ser la primera vez que le sucede. “Primero, hace un montón, no me dejaban pasar porque tenía zapatillas. Otra vez había traído zapatos de 3 mil pesos y no me dejaban pasar porque no tenía camisa, tenía remera. Y ahora no me dejan pasar porque me dicen que me peleo con gente. Nunca en mi vida me peleo, es una vergüenza esto”.

“Estoy indignado, es la tercera vez que me pasa esto. No es el primer caso y siempre distintas excusas. Yo vengo a bailar, no a pelear, mis amigas están todas adentro”, señaló Francisco, quien se tuvo que ir porque a los muchachos no les gustó la cara, la forma de hablar, la piel, las zapatillas, la camisa, o quien sabe qué. Ellos se creen con la autoridad necesaria para elegir quien entra y quien no, haciendo pasar un mal momento.

Hechos de discriminación en “La Casona Lounge Club” son moneda corriente, pasan todos los fines de semana, y lo peor de todo que no te dan una respuesta clara, justa ni convincente. Además, se esconden detrás de una reja, no dan la cara y mandan a pobres tipos a dar la negativa. Lamentablemente sigue sucediendo, y debería terminar de una vez por todas.

No solo son discriminadores, también violentos

Este mismo fin de semana, cerca de las 7 de la mañana del domingo, el joven Martín Casañas sufrió un episodio violento con el dueño de La Casona. "Fui con dos amigos, ellos entraron y a mí me dejaron afuera. Cuando intento entrar, el patovica me dice 'no, vos no pasas', le digo por qué y me dice 'no, porque te filmamos con anterioridad tocando a una mujer y vos no pasas'. Ahí le digo que me estaba cargando, estas equivocado. 'Si queres lo discutimos acá a un costado, pero deja pasar a la gente', me dijo”.

“A partir de ahí empiezo a escracharlos, vos te equivocaste conmigo, yo soy periodista. Cuando subo el video, sale el dueño y le digo que lo conocía, le pagamos para una fiesta en Ruta, se están equivocando conmigo, no me dejan pasar. Ahí me dice, 'no flaco, tómatela, tómatela'”, afirmó.

Y agregó: “Como vi que estaba todo picante, le escribo a mis amigos que salgan, no me dejan pasar. Cuando sale mi amigo, lo llamo así nos íbamos, pero el chabón me mira mal como para pegarme. Empiezo a correr hasta calle 11 y atrás de él corren dos patovicas y mi amigo. En la esquina me pongo contra un auto, viene de frente y me pega dos trompadas, no reacciono porque venían dos gorilas y me tiro al piso para amortiguar un poco y me tira dos patadas”.

A partir de ahí, "mi amigo le dice que se tranquilicen que borramos todos y el dueño me deja tirado, viene un patovica y me levanta. 'Dale flaco, levántate que no te hizo nada'. Tenía los pómulos hinchados, la lengua cortada, por suerte en las costillas nada, que fue cuando me pegó las patadas", finalizó.

Una situación muy difícil, gente pesada, “de matón”, que tendría que ser tomada en cuenta por los responsables de la Municipalidad de La Plata. No solo discriminan, sino que también mienten, son violentos y golpean a la gente. Una impunidad tremenda en ese boliche.

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