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De acuerdo a su relación con los superiores

Melchor Romero: diagnósticos psiquiátricos armados para perjudicar o beneficiar a los presos

Unidad N° 10 de Melchor Romero. Un interno aseguró que es muy difícil reinsertarse en la sociedad después de sobrevivir en un penal de la Provincia. (Foto: NOVA)

Las irregularidades en el Servicio Penitenciario Bonaerense siguen sumando capítulos. Cada día, una nueva denuncia llega a la redacción de NOVA, el único medio que le da visibilidad a la triste realidad de las cárceles bonaerenses, donde los eslabones más castigados son los trabajadores y los internos, los principales perjudicados del rumbo adoptado por los funcionarios de turno.

Un interno alojado en la Unidad N° 10 de Melchor Romero aseguró que es muy difícil reinsertarse en la sociedad después de sobrevivir en un penal de la Provincia: “Actualmente, estoy teniendo conflictos con los psicólogos, porque con los diagnósticos te benefician o castigan”.

Hace 20 años, León Jesús Leyton (su pseudónimo, no quiso dar su verdadera identidad por miedo a represalias), estuvo en la misma Unidad cuando funcionaba como neuropsiquiátrico. En aquel entonces, entró por robo y el SPB le dio distintos diagnósticos.

Primero le dieron parte de trastorno esquizofrénico, por eso estuvo bajo los parámetros de la inimputabilidad, regido en el artículo 34 inciso 1 de la Ley 11179. Posteriormente, desde el Servicio, informaron otro diagnostico al Juzgado: trastorno psicótico inducido por tóxicos incompleto; si bien menoscabó, no anuló su capacidad para entender la criminalidad del hecho. Luego, volvieron a cambiar y sostuvieron que era un psicópata grave.

Durante esos tiempos, León no era querido por los superiores: “Empecé a tomar conciencia sobre mis derechos y entable contacto con la gente de derechos humanos, por eso inicié denuncias contra la Unidad porque mataban internos o había presos que no eran enfermos pero los medicaban, induciendo a muchos chicos a suicidarse”, explicó en diálogo con esta Agencia de Noticias.

En aquel entonces, mediante la Justicia, exigió que las pericias se le hagan fuera del SPB: “Me lo concedieron y los 4 estudios que me realizaron arrojaron como resultado que no tengo ningún tipo de patología y tampoco peligrosidad, por eso me dieron la libertad”.

Actualmente, cumple una condena por 8 años por robo agravado por el uso arma de guerra, y denunció que están haciendo los mismos manejos con los diagnósticos que hace 20 años, beneficiando a los amigos de la corona y castigando a los que cumplen su condena sin aceptar “trabajar” para los superiores.

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