Opinión
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Malos resultados a pesar de buenas intenciones

Pablo Bolino, economista.

Por Pablo Bolino (*), especial para NOVA.

Los cambios realizados en el INDEC, que cambiaron a INDECnu, más los acuerdos cerrados con REPSOL por seis mil millones de dólares y con el Club de Paris por 6.500 millones de dólares, mostraban señales claras de que Argentina quería volver al ruedo del mercado financiero internacional. Luego el papelón con el fallo adverso del juez Griesa, hicieron que el país retrocediera varios casilleros, al estilo Juego de la Oca.

La presente situación macroeconómica es más compleja aquella que se presentaba a principio del año. Fuerte crecimiento del gasto público, del déficit fiscal, de la emisión monetaria, dela brecha cambiaria entre dólar blue y oficial, dan indicios de un coctel explosivo difícil de sostener. Todo esto sumado a una fuerte baja del superávit comercial que es la principal fuente de ingreso de dólares.

El plan PRO.CRE. AUTO se anunció recientemente. Este programa establece rebajas en el precio de ciertos automóviles y una línea de créditos blandos, estimulando la compra de vehículos seleccionados, algo similar a un plan de precios cuidados para automóviles. El objetivo que persigue es para reactivar el golpeado sector automotriz. Luego del impuestazo del año pasado, principal disparador de la crisis del sector, se intentara revertir la situación impulsando el consumo, variable clave del modelo de esta década.

No sólo las ventas de los automóviles han venido cayendo en picada, afectando al ala comercial del sector sino también que afecto a los 15.000 empleados del sector autopartistas que fueron suspendidos y tal cual parece a mediano plazo la situación no se revertirá. El plan del Gobierno no ha mostrado resultados satisfactorias, lejos de aquel anuncio con bombos y platillos.

Recientemente se presentó otro plan “Ahora 12” por medio del cual se pretende estimular el consumo con tarjetas de crédito en hasta 12 cuotas para productos seleccionados de origen nacional. Parece inoportuno que en momentos de alta inflación y bajo los primeros síntomas de recesión, inducir a mayor consumo el cual no se verá reflejado en un mayor nivel de actividad.

Los iluminados hacedores de política económica del gobierno nacional podrían desempolvar los viejos libros y revisar algunos principios básicos de macroeconomía para entender que este camino es la salida.

Otra vez, protagonista de las últimas semanas, fue el dólar. Ahora se puede bautizar como Dólar “Marcos Rojo”. Al principio rozo los 14 pesos, pero ya se estableció como precio de referencia pasando los 15 pesos por dólar y se estima que siga incrementándose debido las negativas señales de la economía en el corto y mediano plazo. El incremento en el valor del dólar es fiel reflejo del descreimiento de la política monetaria del Gobierno por lo que cualquier sospecha sobre el resultado de las acciones que se tomen repercutirá en el billete verde.

La ley de pago de deuda soberana se aprobó recientemente. Se modificó el lugar de pago de los bonos bajo ley de USA para evitar que los mismos sean embargados, sólo en caso que no se llegue a un acuerdo con los fondos buitre. El problema de fondo no se soluciona, sino que se pone un parche más a la economía, donde solo agrava el tema. El resultado será que Argentina cambia las reglas del juego generando incertidumbre frente al mundo, generando pocos incentivos a que lleguen los dólares tan necesarios.

Como si fuera poco, para agregar un condimento de incertidumbre adicional, se propuso modificar la ley de abastecimiento, cuya finalidad consiste en que el Gobierno estará habilitado a intervenir las empresas para controlar la formación de precios y la cadena de valor. Fuera de la discusión legal sobre la propiedad, el gobierno va a camino a una “chavizacion” de la economía donde obligara a las empresas a poner precios, fuera de su relación con sus costos y márgenes de beneficios. Por un lado generara perdidas en las empresas lo que llevara a cerrarlas y despedir trabajadores. Por otro lado no soluciona el problema de fondo que es la inflación y en las economías modernas, inclusive en países vecinos la solución es atacar el problema y no culpar a otros.

El futuro no es prospero, ya que el viento de cola que caracterizó a la última década, no se repetirá para el próximo gobierno. Se estima un contexto de tendencia bajista del precio de la soja y ya se están sintiendo los primeros síntomas de recesión en Brasil donde se destina una gran parte de las exportaciones metal mecánicas argentinas.

El problema de las profecías auto cumplidas es cuando efectivamente se cumplen. Si se comienza a instalar la idea de estallido social, incentivado por el alto nivel de incertidumbre reinante en la economía es altamente probable que ocurra. Dependerá de la pericia de quienes llevan adelante la política económica que cuentan con las herramientas necesarias para corregir los problemas actuales de la economía y logren volver a encaminar la economía al sendero de crecimiento que Argentina supo tener.

(*) Economista UNLP, Magister en Finanzas UCEMA y Docente Universitario UNLP, UCALP, UTN y UAA. Consultor en economía y finanzas.

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