Política
Panorama político bonaerense

Los primeros pasos para una interna compleja

Lo importante para Scioli fue haber acomodado un poco el frente interno y obligar a generar respaldo de distintos sectores. (Foto: NOVA)

Por Martín López Lastra, especial para NOVA.

Es bueno empezar con la alusión a una nueva diferencia, que el tiempo dirá si es o no anecdótica, que fue planteada por Daniel Scioli en el seno del oficialismo. Curiosamente, y a diferencia de otras épocas (casi todo el mandato de su gestión), no esperó la opinión de la Casa Rosada en torno al bloqueo de las plantas de un importante diario nacional.

El gobernador no demoró mucho en enviar su solidaridad al grupo empresario periodístico. Para Daniel Scioli, fue un hecho que vulneró la libertad de prensa y expresión. Para el gabinete nacional fue sólo una anécdota de conflicto gremial.

No parece ser una profunda diferencia. Es más, el kirchnerismo en su pelea con el multimedios ignoró cualquier otra derivación del conflicto. Tal vez esto siga marcando la pauta de una mutua tolerancia entre el gobierno nacional y el provincial hasta las elecciones. Luego, sólo los más omniscientes podrán develar hacia dónde se disparará la relación.

En otro orden de cosas, la inseguridad acorrala los tiempos de su gestión. Cuando las noticias de hechos trágicos se suceden a diario en territorio bonaerense, con un importante debate cuyo eje hace foco en la inseguridad como tema nacional, Scioli aprovecha una sorpresiva clemencia de los medios nacionales que no se dedican a testear en una cierta imagen de una sociedad desamparada ante la actividad delictiva.

Una atmósfera, pese a todo, favorable, tal cual un sistema defensivo contra agresiones externas, resguarda a Scioli, quien aprovecha el momento para buscar fortalezas en su gestión y para cuando acelere su campaña.

En el frente partidario parece haber mayor luz en el horizonte. Con la aprobación de la reforma a la ley de internas, poco y nada de consensos y tolerancias quedaron respecto de minorías en las internas. La nueva norma devolvió la situación a un estado de "fojas cero" por el cual los partidos mantienen su poder a través de la aplicación de cartas orgánicas.

El incremento del 10 al 25 por ciento del porcentaje de votos, como requisito de representación en listas para las minorías, obliga a extremar esfuerzos y recursos para dar peleas frente a intendentes poderosos que cuentan con aparatos importantes para mantenerse en el poder. Deberá existir mucha seguridad y respaldo en quienes pretendan iniciar aventuras de renovación partidaria. Más bien se plantea la primera opción, que es la de desistir de una contienda y negociar alguna cosecha personal de algún referente partidario.

Muchos adjudican esta arquitectura normativa a cierta presión de los intendentes del Conurbano hacia Scioli, a cambio de un fuerte respaldo de aquellos hacia la figura del gobernador. Esto obligará al mandatario provincial a limitar cierta imagen de amplitud de diálogo y contención que ofrecía y que le obliga a realizar definiciones en favor de unos en contra de otros.

Una señal muy favorable a la alianza con intendentes puede dejar bajo la sospecha a dirigentes kirchneristas no comprometidos con gestiones comunales y a quienes militan en el sindicalismo. Allí Scioli sabrá cómo jugar sus cartas y jerarquizar las expectativas de quienes deseen acompañarlos en las listas o, por alguna vez, y con cierto temor, empezar a decirles a algunos que no es su momento.

Curiosamente, la aprobación tuvo un fuerte apoyo en otros sectores opositores. Era esperable de los bloques radicales y del GEN, que tienen a su cargo administración de intendencias y podrían resolver, al igual que muchos justicialistas, sus propias internas en forma muy favorable.

En otro orden, esta reforma pasa el rastrillo sobre la maleza, en el sentido de que obliga a optar con mayor decisión sobre si intervenir en internas o en colectoras. Muchos señalaban a Martín Sabbatella y, eventualmente a Sergio Massa. El primero irá por afuera, pero la sospecha apuntaba a ciertos apoyos desde la transversalidad que, casi masivamente, se inscribirá bajo el paraguas sciolistas. Massa ratificó su voluntad de acudir a una interna haciendo crecer su confianza en la estructura que diseñó en el territorio bonaerense y en parte o en la totalidad del denominado “Grupo de los Ocho".

Lo importante para Scioli fue haber acomodado un poco el frente interno y obligar a generar respaldo de distintos sectores, aún aquellos que no comulgan totalmente con él. Ahora, ante al armado de lista, lo importante para su entorno será demostrar que no es la punta de un iceberg sino un verdadero conductor partidario y de campaña.

Todavía no lo demostró, ni siquiera cuando fue titular interino del PJ a nivel nacional. Pero, como todos los afortunados, si consagra su candidatura a la reelección tendrá una nueva oportunidad de demostrar esa faceta desconocida.

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