Los pormenores de la frustrada visita de Vidal a la capital bonaerense
Estaba todo previsto para que el lunes la vicejefa de gobierno porteño María Eugenia Vidal arribe a la ciudad de La Plata para estrenar el traje de pre-candidata a la Gobernación en un distrito que le es afín al macrismo, pero entre gallos y media noche, su visita de repente se frustró. La excusa oficial: un viaje al interior junto a Mauricio Macri que se filtró en la agenda a última hora.
Pero los argumentos de la justificación duraron poco. Según pudo saber este medio de fuentes partidarias, una vez más la mano del ex funcionario alakista y seguidor del menemismo surgido en las filas de la Ucedé, Marcelo Daletto, apareció en escena para “embarrar la cancha”. El colaborador del ministro de Gobierno porteño Emilio Monzó llamó a la segunda del ex presidente de Boca para avisarle que “no estaban dadas las condiciones” para su visita.
Daletto frustró la llegada de Vidal –quien iba a inaugurar un local partidario y encabezar una cena con medio centenar de empresarios- porque presumía –no sin razón- que “la foto” que la candidata iba a regalar a los medios no iba a contener la imagen de su apuesta en la capital bonaerense, el ex diputado provincial Sergio Panella, un caído en desgracia primero al perder las riendas del radicalismo local en las internas partidarias y después tras el alegato de los convencionales radicales de Gualeguaychú, que lo dejaron prácticamente fuera de la cancha.
“La llamó para decirle que no iban a estar todos los candidatos. Ella le respondió que le avise cuando ´arreglara todo´ como condición de su visita" a suelo platense, describió en diálogo con este medio un referente de un sector del macrismo que estuvo al tanto de las negociaciones.
El funcionario macrista abonó la teoría del “nido revuelto” para evitar que el referente orgánico del PRO platense, Julio Garro –quien por estas horas negocia no presentarse en las PASO a cambio de un lugar expectante en la lista para el Senado provincial-, pegue su estampa a la de Vidal, pieza fuerte de Macri en territorio bonaerense.
En la Octava Sección, el flamante acuerdo UCR-PRO-CC ya hizo estallas las primeras esquirlas entre los dirigentes que reportan en el heterogéneo armado. Por estas horas, comenzaron profundizarse las negociaciones por los lugares a salir en la lista para el Senado y el Concejo Deliberante, donde se renuevan 3 y 12 escaños respectivamente. En la visita el último jueves de Ernesto Sanz para bendecir al médico Claudio Pérez Irigoyen para la intendencia hubo mucho de eso.
El radicalismo quiere quedarse sí o sí con los primeros lugares de la nómina del Concejo. Y tampoco quiere resignar la posibilidad de una banca en el Senado. Desde el macrismo, en la misma línea que trazó Macri al echar al cesto de basura la hipótesis ensayada por Sanz sobre un co-gobierno después de las primarias, ya ponen condiciones. “Los invitados de piedra son ellos” razonan, encuestas en mano.
En la Coalición Cívica, con menos expectativas y herramientas para negociar, por ahora el único nombre con chanches que asoma es el del ex senador Javier Mor Roig. La puja recién comienza.
