Política
Un aficionado a los manejos turbios

Los oscuros negocios que realiza el diputado Raúl Pérez con las dos sociedades que dirige

A Raúl Pérez, algunos lo llaman el "diputado Aloe Vera" porque cada vez le encuentran más propiedades. (Foto: Archivo NOVA)

Nació en Benito Juárez, pero su primer acercamiento directo con la política lo tuvo en la ciudad de La Plata, cuando en 1989 encabezó la lista de concejales del Partido Justicialista local que ganó las elecciones en ese año. A partir de entonces, su vida ha estado signada por los negocios, mientras gestionaba distintos cargos estatales para no perder poder.

Desde el 2015 ocupa una banca en la Cámara de Diputados de la Nación representando a la provincia de Buenos Aires en el Frente Renovador. Raúl Pérez ha sido siempre un hombre muy cercano a Sergio Massa, incluso durante un tiempo largo fue el armador de la estructura en la capital bonaerense, donde intentó manejar el territorio según su conveniencia.

Vive en el Country Gran Bell, uno de los barrios privados más lujosos y exclusivos de La Plata, donde además se cruza día a día con el intendente Julio Garro y la concejal kirchnerista, Victoria Tolosa Paz, quienes también tienen sus respectivas mansiones allí, y donde el diputado nacional se pasea con su costosa flota de autos de alta gama.

El sueldo de Pérez en la Cámara Baja asciende a los 152 mil pesos por mes y, además de la gran cantidad de vehículos que tiene, cuenta con doce propiedades registradas a su nombre, por lo que algunos no dudan en apodarlo “el diputado Aloe Vera”.

Además, es el titular de dos sociedades: una que se llama Servicio Protección Electrónica SA, desde el 2006, que ofrece seguridad privada y él figura como responsable. Supuestamente factura solo 500 mil pesos al año, según la última manifestación de bienes que realizaron desde la empresa a una entidad bancaria como declaración jurada, lo que da un total de cerca de 45 mil pesos por mes.

La otra compañía se llama Sysdat, también relacionada al mundo de la informática. Pérez figura como responsable desde el 2013 y no registra ni empleados ni movimientos financieros, ni cheques y mucho menos deudores. Lo extraño es que, como actividades secundarias, declaró el cultivo de cereales, soja y girasol, y la cría de ganado bovino, además de servicios auxiliares a la intermediación financiera.

En esta última empresa está informado por AGIP, la Dirección General de Rentas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por no pagar la retención del 6 por ciento de lo que factura, por lo que si no paga lo que debe irá a juicio. Mientras tanto que, en su faceta personal, en ARBA aparece como contribuyente activo local y bajo un convenio que ganó gracias a sus contactos políticos en el cual no paga los impuestos porque egresa más dinero del que entra.

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