El pitazo inicial del partido contra Nacional de Potosí (Bolivia) por la Copa Sudamericana estaba pautado a las 19:15 horas, pero a las 17 horas “Los Leales” ya habían arribado al Estadio en micros, camionetas, autos y motos de distintos barrios de La Plata, Berisso y Ensenada. Sosio, junto a los hermanos Iván y Miguel “el Negro” Tobar, fueron los encargados de mover los hilos desde el inicio de la caravana hasta la desconcentración total del público.

El grueso de la hinchada entró al Estadio a los pocos minutos de que se abrieran las puertas: “Con respeto al personal que está laburando, le decimos a los muchachos que muestren el carnet y se dejen revisar con tranquilidad por los efectivos”. Mientras tanto, otros integrantes se quedan en las adyacencias controlando el acceso de la gente y que todo transcurra con normalidad.

Quienes ya ingresaron a las gradas, son lo que tienen la tarea de atar los tirantes, banderas largas que recorren la tribuna de arriba abajo, de las cuales los barras se sujetan para subirse a los paravalanchas. A su vez, están los encargados de acomodar los estandartes cruzados, los dos “trapos” principales de la barra: uno reza la inscripción “Los Leales” con los escudos de Estudiantes en ambos costados, otro tiene la frase: “La Única Banda de la Ciudad”. El organizador del cotillón es “Pichi”, que explicó en diálogo con NOVA que arman todo temprano para no molestar a la gente y que la tribuna quede prolija.

En la parte superior del anillo, donde hay un descanso de la popular, los hinchas empiezan a agruparse y a cantar himnos de tribuna al ritmo de los bombos y las trompetas. Durante la previa, van calentando las gargantas: “Somos la única banda que alienta los 105 minutos y el tiempo adicionado, no paramos ni en el entretiempo”, aseguró Sosio.

A 15 minutos de iniciarse el encuentro, con las tribunas colmadas de hinchas pero aun con mucho público por ingresar al Estadio debido a que es un día laboral, empezaron a repartir banderas de palo y sombrillas en el playón, donde se agrupó la barra.

En el corazón de la tribuna, la propia hinchada le dejó el hueco a la barra para que haga su ingreso: los tres referentes fueron los primeros en ingresar a la popular, detrás los bombos y las trompetas, luego la masa con sombrillas y banderas de palo. En un principio, solo se subieron a los “fierros” Sosio y los hermanos Tobar: “Cuando vemos que ya ingresaron todos los muchachos, damos el okey para copar los paravalanchas y alentar al equipo”.

Atentos a todos los movimientos de la tribuna, los tres referentes ocuparon el para-avalancha central de la tribuna junto a la primera línea. De a ratos, alguno de los tres se bajaba y charlaba con la gente, para saber si estaba todo bien: “Esto es lo que queremos mostrarle a la ciudadanía, no somos delincuentes, todo lo contrario, cuidamos a las familias y nuestro objetivo es que se desarrolle todo en paz, alentar al equipo sin parar”, explicó Tobar.

En relación a los antecedentes de varios integrantes de la barra, aclararon: “En el pasado cometimos errores, pero hoy nos dimos cuenta de cómo se maneja la tribuna y lo estamos demostrando con hechos. Las personas se equivocan, lo importante es reconocerlo y cambiar”.

Finalizado el partido, cuando la gente comenzó a desconcentrar el Estadio con mucha euforia debido al triunfo por 2 a 0 (dos goles de Mariano “el Tanque” Pavone) que le permite pasar a cuartos de final de la Copa Sudamericana, la barra se quedó descolgando los trapos y Sosio resaltó: “Este es nuestro comportamiento, para nosotros está primero Estudiantes y después el mundo, jamás quisiéramos perjudicarlo”. Para concluir, aseguró: “Presenciaron la fiesta de Los Leales, la única banda de la ciudad”.