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Marcha de estudiantes secundarios

Las escuelas se vienen abajo desde antes de la inundación

Los estudiantes entregaron petitorios en el Ministerio de Educación y esperan que en esta ocasión, las respuestas sean concretas e inmediatas. (Foto: NOVA)

El colegio Normal 1 estaba desierto. La falta de bullicio y el intenso calor hacían que el martes 23 de abril parezca un día verano. Pero a lo lejos, algo retumbaba. Los bombos de los estudiantes sonaban a unas pocas cuadras, habían marchado hacia el Ministerio de Educación en 13 entre 56 y 57 para ser escuchados.

Acompañados por los chicos del Manuel Belgrano, del Nacional y de la Media 8, volvieron a exigir mejoras edilicias en sus escuelas. Tomás Escamochero, integrante del Centro de Estudiantes del Normal, sostuvo: “Hace meses, los directivos nos admitieron que iban a comenzar las obras porque habían ofrecido un presupuesto desde arriba, pero todo sigue igual”.

Lisandro Teruggi, un alumno independiente, reclamó que se hagan los baños: “Generalmente están cerrados, se encuentran en reconstrucción, pero las obras se pararon hace mucho”. Por su parte, Lautaro Solari, otro estudiante del mismo establecimiento, reconoció que cada vez que llueve, el lugar se inunda y en todas las aulas hay goteras.

NOVA ya anticipó esta situación hace una semana, cuando explicó en la nota “La educación platense devastada” caso por caso la situación de distintas instituciones que se están viendo vapuleadas por paros, problemas edilicios e inundaciones.

Desde el Centro de Estudiantes “Incongruencia” también pidieron compromiso de los profesores y medidas más lógicas para las horas libres: “Es muy común que tengamos horas libres, pero la solución que tomaron los directivos es que tengamos que venir igual. Hay chicos que viajan desde lejos y se pierden medio día”.

Los pedidos de los estudiantes de los otros establecimientos no varían mucho; por ejemplo, en el Manuel Belgrano la bomba de tratamiento de residuos cloacales que se quemó no es el único problema: “El gimnasio se viene abajo, lo quieren clausurar y mandarnos a hacer educación física a otro lugar, en vez de refaccionarlo”, exclamó Tamara Villagrán, presidenta del Centro de Estudiantes. Asimismo, afirmó que tienen que llevar bidones para que tomen los chicos: “El agua que sale es horrible y ni mandaron a analizarla”.

Los estudiantes entregaron petitorios y esperan que en esta ocasión, las respuestas sean concretas e inmediatas.

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