Es cierto que las corrientes predominantes en el Río de La Plata generan que la suciedad de otros lugares, como Uruguay, desemboque en las costas bonaerenses; pero también no hay que dejar de apuntar a aquellos ciudadanos que no toman conciencia y arrojan lo que no utilizan al agua, como si fuese una planta de tratamiento de residuos.

Otra de las principales causas de este problema es el abandono político: la suciedad vuelve a evidenciar el escaso interés de las autoridades por preservar y acrecer las indudables cualidades de este balneario ribereño, tan privilegiado en sus recursos naturales como olvidado por las administraciones responsables de su mejor mantenimiento.

“En verano, después de cada fin de semana, las playas estaban muy sucias, pero trabajadores municipales recolectaban los residuos temprano. Hoy vienen muchos menos visitantes, más que nada deportistas náuticos, pero la mugre sigue estando, los empleados ya no”, agregó el vecino.

El frente costero de Punta Lara abarca 18 kilómetros en el partido de Ensenada, de los cuales diez están habilitados para bañarse y ocho para la práctica de pesca deportiva. En algunas zonas, se distinguen selvas en sus márgenes.

El director de turismo comunal, Adrián Espósito, explicó por qué es la más elegida: "Por ser una de las playas de río de mayor extensión y por la apertura de senderos hacia la costa, que permite una mejor distribución de la gente, Punta Lara ha crecido año tras año en cantidad visitantes".

Además, es elegida por muchos aventureros que practican actividades náuticas: algunos llegan con sus kayaks, motos de agua, semirrígidos, gomones, lanchas y veleros. Otros practican windsurf, esquí acuático o hasta se animan al kitesurf.

Un paso adelante, dos hacia atrás

Hay que reconocer que hubo un avance importante en algunos aspectos durante los últimos años: se construyó un parador costero y pavimentaron varias calles internas. Pero cuestiones de mayor envergadura no son atendidas por las autoridades municipales con el intendente Mario Secco a la cabeza, provinciales y nacionales: la limpieza y concientización del cuidado del medio ambiente son algunas de ellas.

También reina la preocupación en organizaciones ambientalistas por las obras de relleno de la costa con residuos de losas de hormigón armado, que modifican la línea de ribera, sepultando los juncales y con efecto negativo hacia la biodiversidad.

Otro de los problemas es el abandono de los caminos de ingreso a la localidad ribereña: llegar a Punta Lara se transforma en una odisea para turistas y sus propios habitantes, los tres caminos habilitados se encuentran en pésimo estado: Camino Negro, Diagonal 74 y Avenida Bossinga.