Lo que parecía ser el eco a uno de los tantos reclamos vecinales de reductores de velocidad, desató un profundo debate en la pasada sesión del Concejo Deliberante de Brandsen acerca de las políticas a seguir en un futuro respecto a un tema que preocupa: la seguridad vial.

El disparador fue el proyecto presentado por los ediles peronistas Giovannone y Salamén para que se instale un reductor de velocidad en la calle 16 entre 1 y 2, dando cuenta del reclamo de los vecinos de esa cuadra en la que constantemente circulan vehículos con excesiva rapidez, siendo una preocupación por los niños que suelen jugar allí.

"Reductores de velocidad necesitaríamos en varios lugares de nuestra ciudad. Es un reclamo reiterado, hay muchos niños jugando en la calle y resulta un peligro", expresó la concejal Salamén, argumentando su iniciativa.

A esto, Gastón Arias señaló que en su bloque de Nuevo Brandsen también "tenemos varios pedidos de reductores de velocidad y hasta en calles de tierra".

Es por esto que el edil y candidato a intendente peronista propuso que "además de aprobar esta comunicación trabajemos desde el Concejo Deliberante en una ordenanza o proyecto común para esta temática porque en el último tiempo los pedidos son muchos", enfatizando a su vez que la idea no es llegar a tener que colocar lomos de burro por todas partes sino que se plantee una fuerte política educativa en este sentido ya que "todo gira en base a la educación y en base a la necesidad de empezar algún día" a fin de revertir el actual escenario en el que es frecuente observar autos y colectivos que circulan a fuerte velocidad por las calles de la ciudad.

Por su parte, Giovannone observó que parte de la problemática existente es a causa del creciente parque automotor que circula por la ciudad. Es por este motivo que el edil del PJ remarcó: "Brandsen hoy necesitaría dentro de la ciudad semáforos que vayan solucionando esta problemática por lo menos en alguna de las calles principales".

Hijos del rigor

Al afirmar la imposibilidad de atender los reclamos vecinales instalando por cada uno de ellos un reductor de velocidad, el concejal y candidato a intendente radical, Raúl Paz, explicó que ”si realmente se instalaran todos los pedidos de lomo de burro que hay sucederían dos cosas: primero creo que se fundiría la municipalidad, y en segundo lugar, estaríamos al galope cuando anduviéramos en auto porque no saldríamos de un lomo de burro que entraríamos en otro”.

“Hay un tema que aunque parezca menor no lo es, que es el costo". Es así que el jefe de bancada de la UCR detalló que cada reductor cuesta entre seis y siete mil pesos cada uno.

De esta manera, Paz propuso que la solución al problema de la velocidad excesiva, agravada por el gran parque automotor existente, es “crear un plan integral y racional y ver en qué lugares estratégicos colocamos esos reductores de velocidad” los cuales observa que deberían tener una medida justa ya que “la idea es que reduzcan la velocidad y que no le rompan el vehículo a nadie”, proponiendo que se comience por lugares de mayor tránsito y en escuelas a fin de resguardar la salida de los alumnos.

Pero dentro de su plan integral, Paz también estipula crear una fuerte campaña de difusión y, hacia su finalización, la puesta en vigencia de sanciones, al manifestar que tanto en éste como otros temas “todos somos un poco hijos del rigor”, detallando a su vez que “mientras se esperan los semáforos, hay que tomar el mapa de la ciudad y establecer con racionalidad los puntos más necesitados de reductores de velocidad. Luego, una campaña de concientización y educación, y por último, y aunque no nos guste, habrá que plantar un régimen sancionatorio acorde publicitado en la campaña”.

No obstante, el Concejal Soria, en contraposición a su Jefe de bloque que pide la creación de sanciones, recalcó que “las sanciones ya están en la Ley provincial de tránsito”, mencionando que "quizás sea más compleja la solución que el problema", ya que en municipios chicos a nivel presupuestario como Brandsen se hace difícil encontrar elementos probatorios de una falta por alta velocidad ya que no se cuenta con la tecnología probatoria para dicha acusación, como lo pueden ser medidores de velocidad: “Si no se tiene cómo probarlo, la Justicia de Faltas no puede sancionar”, explicó el concejal radical.

Así casi se llegó a la hora de debate sobre este punto. Conjeturas y propuestas, algunas con más análisis que otras, pasaron como huella de una preocupación que aún no encuentra una solución adecuada en nuestra ciudad. Será cuestión de profundizar el debate y generar un proyecto que contemple un cambio que difícilmente pueda reflejarse con inmediatez si es que se pretende que perdure en el tiempo.