Opinión
Libre mercado

La mano invisible

María del Carmen Taborcía, abogada y escritora.

Por María del Carmen Taborcía (*), especial para NOVA

Utilizada como metáfora por Adam Smith (economista y filósofo escocés) en su obra “Teoría de los Sentimientos Morales” del año 1759, pero que alcanzó mayor notoriedad en su otro libro “Una investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones” de 1776, le sirvió para expresar que en la economía existe una capacidad autorreguladora del libre mercado.

Si las sociedades se desarrollan y la división del trabajo crece, la intervención gubernamental sería innecesaria en la mayoría de las materias, esto es el Laissez Faire.

Es así como las tareas de los gobiernos deberían centrarse en la defensa interior y exterior, en administrar la justicia, tal vez la educación y alguna otra más. Es lo que propician los economistas llamados Libertarios, en todas sus variantes y los Minarquistas, en su amplia gama de percepciones.

Siguiendo con Smith, según su ideario, el juego natural ejercido por la demanda y la oferta es suficiente para el alcance del equilibrio de la economía y la fijación natural de los precios. En su ideología, estaban presentes la libertad, el individualismo y la prosperidad.

Existen numerosas definiciones de mercado: es cualquier arreglo que permita que los compradores y vendedores obtengan información y hagan negocios entre sí; o que se trata de un mecanismo a través del cual compradores y vendedores interactúan para determinar precios e intercambiar bienes y servicios.

Y también una gran diversidad de tipos de mercados: de competencia perfecta y de competencia imperfecta; internacional, nacional, regional; financieros (de bonos, de capitales, de valores, primario, secundario); bilateral, cautivo, gris, negro, libre, etc.

Las ideas de Smith demolieron la filosofía tradicional del mercantilismo y abrieron el camino para la producción capitalista.

Los precios y las ganancias indican a los empresarios qué tienen que producir y qué precios deben fijar a sus productos. Altos precios y altos beneficios son toques de atención que les advierte que les conviene empezar a producir cierta mercadería.

Pero los empresarios siempre quieren eliminar a la competencia. Suelen ser defensores de aplicar barreras a la entrada de productos foráneos si ven amenazada su cuota de mercado.

Entonces cuando se habla de libre mercado, ¿a qué se refiere? Porque pareciera que la tan renombrada “mano invisible” acostumbra a perjudicar a trabajadores y clientes a los que se les reduce el abanico de elecciones.

(*) Abogada y escritora

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