Sin agua por un problema con las bombas que suben el líquido a los tanques, la facultad de Ciencias Veterinarias local se convirtió en los últimos días en caja de resonancia de múltiples quejas, consigna El Día.
Sanitarios “en malas condiciones” e higiene “insuficiente” en varios sectores de la sede académica de 60 y 118 provocan malestar entre los estudiantes, que suman al de la carencia momentánea del fluido vital otros reclamos vinculados con la falta de mantenimiento e infraestructura como “pastizales fuera de control” y limitaciones en el funcionamiento del buffet.
Las autoridades de la casa de estudios, en este contexto, admitieron que salió de servicio una de las bombas que alimenta al campus “Bosque Este” de la Universidad Nacional, pero adelantaron que será repuesta. Y atribuyeron las demoras en las tareas de maestranza a un “clima interno delicado”, vinculado con cuestiones electorales.
“Hace casi una semana que no tenemos agua, por lo que los baños de la facultad muestran un estado de suciedad extrema” relató la estudiante Lucía Amancay Jara. “Aparentemente, ni el Centro, ni el Departamento de Alumnos ni la secretaría de Bienestar Estudiantil pueden darnos una respuesta, y para peor las autoridades no creen que el problema amerite la suspensión de clases”.
“Entendemos que hay un recambio institucional, pero el personal de limpieza y mantenimiento no cumple con su trabajo hace una semana”, repasó Jara.
“No hay excusas para que nadie se haga cargo de nada. El pasto nos llega a las rodillas”, agregó.
Similares cuestionamientos expresó Alejandro Lado Trejo: “El olor en los baños es peor que el de una estación de trenes, y están llenos de barro por las lluvias”.
Agustina Supeña, por su parte, subrayó que “es una vergüenza que una facultad que promueve la salud pública y la prevención de zoonosis tenga los sanitarios tapados, con larvas de aedes aegypti, sin papel ni jabón”.
Algunos de sus pares manifestaron además que “el buffet no tiene gas y no se puede comer nada como la gente”.
“Estamos sin agua temporariamente porque se rompieron dos bombas de elevación”, admitió Eduardo Pons, decano de Veterinaria. “No es sencilla la reparación porque son máquinas grandes que cuestan alrededor de quince mil pesos, y desde las cisternas ubicadas aquí abastecen un aro de tuberías que incluye Agronomía y otras sedes”, añadió.
El profesional aclaró que “se autorizó la compra de un motor nuevo, que será colocado”. Dado que en breve la facultad elegirá nuevas autoridades, consideró “sugestivo” el cese de algunas tareas de mantenimiento “en plena etapa electoral”.
“Trabajamos muy duro en los últimos cuatro años” lamentó Pons, “pero a veces se hace difícil manejar algunas injerencias externas”.
