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Nueva denuncia contra Jorge Piñeiro

"La Clínica del Terror": maltrato físico y verbal a pacientes de un neuropsiquiátrico platense

En la “Clínica del Terror” reina el miedo: internos atados de pies y manos, durmiendo en el piso, y en pésimo estado de salud. (Foto: NOVA).

“Puño de hierro en guante de seda”. Con esa frase Jorge Piñeiro, médico psiquiatra y director del Instituto del Diagnóstico de las Enfermedades Nerviosas (IDEN) difundía el terror entre los pacientes y trabajadores del nosocomio ubicado en calle 11 entre 43 y 44 de La Plata.

La violencia verbal y física era habitual dentro del edificio. La imagen de internos atados de pies y manos, durmiendo en el piso, y en pésimo estado de salud ya no era novedad.

En 2014 la enfermera IG había denunciado a NOVA que en el lugar golpeaban y maltrataban a los pacientes como si fueran animales: “Sería muy importante que los familiares sepan esta realidad; dos abuelos tenían escaras de la cual salían gusanos”.

Ahora otra ex enfermera se animó a romper el silencio para ratificar el miedo que reina en “La Clínica del Terror”.

“Piñeiro tenía una forma de hablar que convencía a cualquiera, por eso los familiares nunca sospechaban nada. Siempre se encargaba de tapar todo”, afirmó a NOVA la mujer que trabajó durante doce años bajo las órdenes del psiquiatra.

En este sentido, manifestó que si los pacientes se revelaban contra la autoridad, terminaban castigados. “Era como un Dios. Su palabra era la única que importaba. Tampoco quería que nosotros estuviéramos protegidos por un sindicato. Siempre nos amenazaba con la suspensión”, indicó.

Como si esto fuera poco, la ex empleada denunció que el director falsificaba los certificados de defunción de los pacientes. “Si alguien fallecía a la tarde anotaba que había sido por la madrugada o muy temprano por la mañana”, ejemplificó.

Asimismo, reveló que el profesional se “divertía” pegándole a una paciente y acusando a otra para que luego se pelearan entre ellas.

“Una vez levantó a un difunto, lo sentó en una silla de ruedas, le puso un manta en la cabeza y lo llevó al comedor para demostrarle a sus compañeros que estaba vivo”, detalló.

En tanto, agregó que el impune psiquiatra tenía dos perros que rondaban por la Clínica y orinaban a los pacientes que dormían en el piso: “Yo sabía lo que pasaba dentro de esas cuatro paredes pero necesitaba trabajar; tenía que darle de comer a mis hijos. Aguanté mucho por necesidad”.

Violencia laboral

A finales de noviembre de 2013, la enfermera fue despedida de IDEN tras impedir que Piñeiro maltratara a una paciente.

“Esta chica gritaba mucho, pedía por su padre. Como yo no logré calmarla, el doctor vino muy alterado con una jeringa para inyectársela. No se lo permití y me pidió la renuncia”, relató.

Desde ese día, comenzó un infierno para la mujer que se negó a abandonar su trabajo: le robaron tres mil pesos de su taquilla, al tiempo que el propio director la acusó de sustraer medicamentos y una computadora de su oficina.

Sin poder aguantar un solo minuto más, denunció la pésima situación de la institución en los Ministerios de Trabajo y de Salud de la provincia de Buenos Aires. Cuando los inspectores se acercaron al lugar para evaluar la situación, la mujer fue notificada por la secretaria administrativa que estaba despedida.

“Me deben dinero porque no me pagaron la indemnización. Piñeiro me amenazó con sacarme la matrícula y hacerme una denuncia penal. Me dijo que nunca más iba a conseguir trabajo y lo logró: cada vez que llaman al lugar para constatar mi experiencia habla pestes de mí”, afirmó.

Demasiado daño

Fueron doce años de vivir en carne propia una experiencia aterradora. Fueron doce años de sufrir maltratos y mentiras.

“Como me quería echar, inventó que había quemado durante el baño a una paciente cuando no estaba a mi cargo y ni siquiera la toqué. Varios trabajadores fueron obligados a mentir y terminaron incriminándome”, reveló.

Otra ex enfermera del lugar ratificó a NOVA los dichos de su compañera y detalló el estado de abandono de la interna: “Siempre dormía en el piso, atada de pies y manos para que no se sacara los pañales. Cada vez que llegaba nuestro turno, la levantábamos del piso y la cuidábamos. Me consta que ella no la maltrató”.

Y agregó: “Yo renuncié por miedo. Lo que pasaba en la Clínica era espantoso. Piñeiro siempre le ‘hacía la cruz’ a las personas que iban contra su voluntad”, sentenció.

Un profesional impune

Tras las denuncias efectuadas por la ex empleada y las irregularidades constadas por la inspectora, la obra social PAMI retiró a los afiliados que estaban internados en el lugar. Sin embargo, IDEN continúa funcionando con normalidad y brindando atención psiquiátrica.

“Es muy probable que Piñeiro esté apañado por alguien. Actualmente, ya no está, huyó con una mucama que había estado internada allí. Es un cobarde, nunca da la cara. Pero es muy astuto”, advirtió.

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