Política
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Julio Garro: ¿la representación del alakismo sin Alak en el Palacio Municipal?

Bautismo político, apoyo electoral y funcionarios comunes. (Para colmo, ambos se llaman "Julio César"). Sigue la disconformidad en dirigentes de la UCR y del propio macrismo.

Ya es historia harto conocida: el cuatro veces intendente de la ciudad de La Plata (1991-2007) Julio Alak ofició de padrino político del actual jefe comunal platense, el macrista Julio Garro.

No sólo allá lejos en el tiempo cuando lo hizo debutar en la arena dirigencial dejándolo como su referente en La Plata Fútbol Club –una institución fundada a pedido del “Turco” para utilizar el Estadio Único de avenida 32-, sino también en la reciente campaña que terminó con el triunfo del candidato de Cambiemos y desplazante de Pablo Bruera.

Alcanza con dar una mirada detallada en algunos casilleros de la estructura municipal, que todavía el ex diputado de Unión Pro no terminó de delinear, a la espera de la inclusión de nuevos cargos y puestos laborales, que vendrían a reemplazar a los 1500 cesanteados (algunos “ñoquis”, casi todos afines a la gestión saliente).

El Director de Control Urbano –dependencia que ahora depende de Seguridad-, Roberto Di Grazia es uno de los nombres impuestos por el exministro de Justicia de Nación. El funcionario comenzó con el pie izquierdo a raíz del trágico desenlace de una fiesta ilegal -la realizada en Melchor Romero y bautizada “La Frontera”-, que terminó con la vida de una joven estudiante de Periodismo. Sus funcionarios fueron sospechados por “coimas” y aunque la espuma del mar ya bajó, quedó debilitado y en la mira.

La Directora de Personal y Recursos Humanos del municipio, Ileana Cid, también está vinculada al alakismo: fue ex pareja de uno de los miembros de la “mesa chica” del oriundo de Benito Juárez, Justo Arauz, quien no sólo fue concejal sino también ocupó cargos importantes en el Ejecutivo. Arauz podría en algunos meses hacerse cargo del área que ahora ocupa su ex pareja.

En los corrillos políticos locales toma fuerza la hipótesis de que otro de los hombres de confianza de Alak se haría cargo de la secretaría de Desarrollo Social. Se trata de Alberto Delgado, quien fue diputado provincial, dirigente de confianza y en el pasado turno electoral jugó a pedido de su jefe en la interna del Frente Renovador que finalmente dio como vencedor al concejal José Arteaga. El reemplazo sería en lugar de Rubén Casanovas, quien puertas adentro de calle 12 es considerado “un gran tipo” pero con escasas dotes para la gestión.

Pero los vínculos no se terminan ahí: el jefe de prensa de Garro, el periodista de la agencia oficial Télam y ex director del portal Infoplatense –ahora manejado por el empresario de medios local Carlos Marino, de Letra P- es Martín Musciatti, uno de los sobrinos de Alak. Su designación generó “ruido” en el mundillo local y recelos que todavía continúan en diagonal 80, donde Raúl Kraiselburd del histórico diario El Día esperaba “colocar” alguien de su riñón. Es conocido el condicionamiento histórico del “Ruso” a los intendentes platenses, con quienes ha tenido -según los humores de época y los negocios vigentes-, infinitos tires y aflojes.

La lista continúa: el secretario de Cultura y Educación, Gustavo “el Colo” Silva, fue un estrecho colaborador del ex alcalde. Trabajaba en la secretaría privada y conocía el minuto a minuto de la agenda de su por entonces jefe. Detrás de Silva está la sombra de Ismael “Cacho” Boreán, ex edil y también ex Secretario de Cultura alakista, quien estuvo presente en su asunción y recibió palabras de agradecimiento del funcionario.

El Director de Deportes, Alberto Palmieri, también tiene vinculación residual con el alakismo: tiene vínculos familiares con quien fuera referente territorial de Los Hornos y ex Director de Centros Comunales Fernando Palmieri, en tiempos en los que la dirigente Susana Gordillo todavía era delegada comunal de esa populosa localidad.

Y para cerrar el círculo: cuentan que el ex pre-candidato a intendente del FR Marcelo "Chuby" Leguizamón estaría aceitando los contactos con el intendente para integrarse en algún cargo municipal en el transcurso del 2016. La especie surgió a fines del 2015 -había habido un "sondeo" de Garro- y aunque en su momento la respuesta fue en clave de espera ahora las condiciones estarían dadas para que el dirigente también con pasado alakista ingrese al Palacio Municipal por el portón que da a Plaza Moreno.

Posibles acuerdos políticos

Otro de los “runrunes” habidos en la capital provincial da cuenta de que un ex precandidato a intendente del massismo estaría cerrando un entendimiento con una de las principales referentes del delasotismo, la dirigente e hija del histórica sindicalista Claudia Rucci.

El acuerdo se haría en el marco de las intenciones del cordobés José Manuel de La Sota de hacerse de las riendas del PJ nacional y de un eventual posicionamiento de su espacio en la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo reconfigura su formato después de la pérdida de poder en los comicios pasados.

Disconformidad por falta de “pago de favores”

En la fila de disconformes de poscampaña, todavía quedan muchos dirigentes, que al mismo ritmo que los “acomodados” se consolidan en los lugares que les tocó -en mérito o en suerte-, andan llorando pañuelo en mano de bar en bar y de despacho en despacho.

Muchos de ellos provienen del radicalismo, que fue puntal electoral del macrismo en Cambiemos pero obtuvo menos lugares de los esperados. Por caso sólo fueron “bien pagos” dirigentes como el concejal Claudio Frangul –Garro le dio varias subsecretarías- o el histórico operador Javier Quinterno, quien apuntaló la candidatura del médico Claudio Pérez Irigoyen y ubicó en la Secretaría de Salud –la segunda en orden de presupuesto de la estructura administrativa municipal-, a Alfredo Oscar Luchessi, quien pasó por un puesto similar en la comuna, aunque de menor rango, en el período 1987-1991. El storanismo también recibió puestos en direcciones municipales.

Pero hay heridos también dentro del macrismo: es el caso del concejal Julio Irurueta, quien tendría los meses contados en el recinto parlamentario de calle 11 y sólo pudo hacerse de la estratégica comisión de Hacienda y Presupuesto. Lo que se dice “un premio consuelo”.

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