Judiciales y Policiales
Joven estudiante de Periodismo perdió la vida

Fiesta de la muerte: recaudación millonaria, coimas, y desprecio por la vida humana

Los organizadores se alzaron con más de 3 millones de pesos. Drogas, alcohol y ausencia de guardavidas. Jéssica Melisa Uscamayta Curi murió por “ahogamiento”. El "Peque" García (en la foto junto a María Eugenia Vidal), imputado.-

"El cuerpo de la chica estuvo en el fondo de la pileta sin que nadie haga nada. Cuando se rescataron que estaba ahogada eran las 10 de la mañana. La sacaron y mientras intentaban reanimarla uno de los organizadores empujó el cuerpo y dio la orden para que ´la tiren afuera´ del predio".

El escalofriante relato pertenece a un asistente a la fiesta clandestina realizada en Melchor Romero que pidió expresa preservación de identidad. Describe las circunstancias en las que fue encontrado el cuerpo sin vida de la joven estudiante de periodismo en la madrugada trágica del 1 de enero, donde una fiesta clandestina bautizada “La Frontera” a la que acudieron casi 5 mil personas volvió a poner en el centro de la agenda el conflictivo tema de la nocturnidad, las drogas y la falta de control estatal.

La muerte por “ahogamiento” Jéssica Melisa Uscamayta Curi (28 años) no es más que la punta del iceberg de una compleja trama de complicidades cruzadas, inacción institucional y ambiciones económicas que dejaron en la mira a la flamante gestión del intendente macrista de la ciudad de La Plata Julio Garro.

En el plano estrictamente judicial, la causa caratulada como "homicidio culposo" tiene como imputados al propietario de la quinta de 520 y 160, Carlos Federico Bellone -advertido sobre la ilegalidad del evento al menos en dos ocasiones durante la madrugada trágica según consta en las actas labradas por Control Urbano-, y los organizadores Raúl Ismael "Peque" García (coordinador de turismo y profesional noctámbulo); Santiago Piedrabuena (dueño de un conocido boliche platense y ex “recaudador de calle" del bruerismo) y Gastón Haramboure (el relacionista público que fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión por la muerte de Juan Andrés Maldonado, en 2009, frente al boliche Alcatraz de Berisso).

En el transcurso de la investigación que lleva a cabo el fiscal Álvaro Garganta -quien le pidió recientemente información a Garro para avanzar en la causa- y que tuvo como juez de Garantías en funciones al momento de la tragedia al magistrado César Melazo -devenido en el principal denunciante "tuitero" en bien terminó su turno, ya iniciado el 2016-, las principales novedades saldrián a luz en los próximos días y podrìa haber procesados por cohecho.

Mientras la justicia investiga y toma declaraciones testimoniales -principalmente a agentes de la subsecretaría de Control Urbano a cargo de Roberto Di Grazia-, en el plano político el oficialismo a cargo de Garro intenta despegarse de un episodio que ya manchó de sangre su iniciática gestión. La comuna se presentó como “particular damnificado”, figura jurídica de tono “preventivo” utilizada en casos como este para amortiguar el eventual impacto negativo de una resolución judicial.

En forma paralela, concejales del FPV –ahora oposición en la capital bonaerense- amagaron sin fortuna con formar comisión investigadora y el Concejo Deliberante podría sesionar de forma extraordinaria para abordar el tema. En el Palacio Municipal de calle 12 los pasillos y principales despachos reflejan la preocupación y al ritmo que la investigación avanza se tejen los pasos a seguir para evitar los costos del cimbronazo político.

En una reconstrucción de los hechos con diferentes fuentes con acceso a la “cocina” del evento, NOVA accedió a información hasta aquí no dada a conocer de forma pública: roles asignados, dinero invertido y recaudado y "guiños" de funcionarios municipales.

Los hechos, las excusas, y las coimas

En medio de un verdadero aquelarre en el que proliferaron los “dealers” (hubo nada menos que 14 expendedores de estupefacientes entre drogas duras y de diseño), la música a volúmenes desmedidos y el consumo de alcohol, el cuerpo morado y ya sin vida de Jessica yacía en el fondo de una pileta de tres metros de profundidad desprovista de guardavidas y sin ningún tipo de control preventivo.

"La sacó a la calle uno de los organizadores y después llegó la ambulancia. Un policìa se dio cuenta de que había participado en la fiesta porque tenía la pulserita de ingreso en la muñeca", aportó un joven que presenció las alternativas de la tragedia, quien además aseguró que hubo personal policial vestido de civil que "directamente participó” en los cacheos de ingreso y el cobro de entradas.

Aunque hay versiones contrapuestas, según el testimonio de un trabajador judicial al tanto de los escasos avances en la investigación, el cuerpo agónico de Jéssica fue “rescatado” del agua por el reconocido ex barra brava de Estudiantes de La Plata Omar "El Ache" Alonso, quien "le apretó la panza para sacarle el agua del cuerpo porque estaba toda inflada, pero todavía tenía pulso".

"Después de que una muchacha intentara revivirla con RCP vino el ´Peque´ García y de forma violenta ordenó que la saquen a la calle argumentando que ´estaba jodiendo y toda drogada´, pero antes la dio vuelta y ya estaba muerta", continuó.

Aún consternados y bajo asesoramiento jurídico, los familiares de la víctima -entre ellos el hermano de Jéssica, quien estuvo con ella hasta aproximadamente una hora y media antes de su muerte pero llamativamente se enteró del episodio al llegar a su casa- enfrentan a los medios explicando sólo lo que es humanamente explicable: palabras de dolor, impresiones personales y datos imprecisos de lo que estiman realmente ocurrió.

La autopsia arrojó como resultado "muerte por ahogamiento" pero nadie explicó oficialmente aún si la joven se cayó al agua accidentalmente o fue empujada, aunque hay versiones de testigos que confirman la segunda. Se descarta la inmersión voluntaria ya que según lo aseguró su propia madre, Jéssica “no sabía nadar”.

Según quien lo afirme, a “La Frontera” asistieron entre 3500 y 6000 personas. Lo cierto es que la cantidad de asistentes promedió esas cifras: alrededor de 4700. La versión oficial del municipio platense fue que los inspectores que labraron las actas no pudieron suspender el evento por no contar con el personal necesario para la evacuación de semejante concurrencia.

Sin embargo, acusando el impacto, el intendente Garro dio “vía libre” para que se investigue a funcionarios de la municipalidad “sensibles” a la recepción de sobornos, tal la acusación de Melazo.

“Cash” en bolsos de cuero: ganancia millonaria y escasa inversión

La recaudación del evento clandestino cuyo desenlace fatal ocupa las primeras planas televisivas y principales espacios en los medios radiales y gráficos fue de 3.180.000 pesos en concepto de entradas: preventa a un valor de 150, ticket en puerta a 200 y con acceso vip 300; todos con consumición incluida. Tambièn hubo ingreso por venta de bebidas en el lugar y "otros rubros" ilegales.

La inversión fue irrisoria: tan solo 300 mil pesos, sin contar los poco menos de 100 mil de presuntas coimas entre personal policial y municipal, especialmente los que reportan en la subsecretaria de Control Urbano al mando de Di Grazia, quien se habría hecho de 40 mil pesos del botín total de los sobornos.

Los “arreglos” incluirían 15 mil pesos para "personal jerárquico" de la Comisaría Seccional 14ª de Melchor Romero; 8 mil para el "jefe de calle" de la zona; 3 mil para los responsables de turno de dos móviles policiales y 20 mil para dos ex presidiarios de Los Hornos; colaboradores directos del Subsecretario de Control Urbano, uno de los funcionarios que de comprobarse el soborno quedaría más comprometido, aunque la preocupación también llegó por estas horas al entorno del Secretario de Gobierno Nelson Marino y su personal a cargo.

Los gastos "operativos" de la fiesta (poco más de $ 300.000) se dividieron entre imprenta, pulseras para acceso a la quinta, sonido e iluminación; y DJ´s; bebidas, hielo, carpas y publicidad, entre otros rubros menores. El monto también contempla “honorarios” del personal de seguridad -hubo sólo 28 "agentes", cuando una fiesta de tal magnitud ameritaba el reclutamiento de al menos 100-, servicio coordinado por el jefe de Seguridad de la municipalidad de La Plata, conocido en el ámbito local como “el animal” Gorrini, un experto en artes marciales.

La huida y advertencias desoídas

"La plata se la llevó en un bolso de cuero Piedrabuena y al que señalan como que se fue de la fiesta en un auto descapotable cagándose de risa no es más que el ´Peque García´", se despachó al ser consultado por ese portal un conocedor de la trastienda organizativa de “La Frontera” en coincidencia con lo atestiguado por una fuente legislativa que conoce los movimientos de la nocturnidad en la ciudad y de la fiesta clandestina de Romero en particular.

“Las fiestas se hacen igual”. Fue la respuesta tajante que ante al menos tres testigos brindó hace menos de quince días Di Grazia a representantes de la cámara que agrupa a los bares y discotecas platenses, miembros de la Oficina de Nocturnidad junto a otros actores locales como referentes legislativos y los denominados “patovicas”.

El 18 de diciembre pasado habían presentado una denuncia judicial que recayó en la UFI n° 5 y pedido sin éxito una audiencia con el titular de Control Urbano advirtiendo “el peligro” que implicaría la realización de “fiestas ilegales” de fin de año, que además de la autorización municipal requieren ser habilitadas por los Bomberos y el Registro Provincial de venta de Bebidas Alcohólicas (REBA).

Alertados por la masiva difusión a través de las redes sociales, los integrantes de la Cámara de Bares y Discotecas hacían referencia a los eventos que tradicionalmente se hacían sin autorización municipal en los clubes de rugby de la zona norte de la ciudad -situados en la localidad de Gonnet- y particularmente al del Hipódromo platense -que finalmente se abortó por un "piquete"-, entre otros menores en formato de festejo de nochebuena y despedida de año.

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