Opinión
Cambio económico

El rol de las Pymes en el desarrollo argentino

Guillermo Siro, presidente de CEPBA y prosecretario General de CGERA.

Por Guillermo Siro (*), especial para NOVA

Nuestra región, es la más perjudicada por el de cambio de modelo económico; ya que el cambio de un modelo de mercado nacional y producción industrial de mano de obra intensiva, -a partir de diciembre del 2015-, por uno de promoción y fomento de producción primaria con destino a los mercados mundiales, sin valor agregado.

Estos cambios en las políticas económicas, han impactado en el primer y segundo cordón industrial bonaerense de manera especial, junto con la zona sur de CABA, el Gran Rosario, Córdoba y todas las ciudades que contaban con una incipiente industrialización.

Si a este cambio de modelo económico, le sumamos que el mismo prevé la apertura de las importaciones de productos para el consumo que en gran parte contienen Dumping Social, el presente de la producción nacional de mano de obra intensiva y el empleo industrial, se encuentra en situación de emergencia.

Es por ello que debemos trabajar para que quienes nos gobiernan entiendan que un país obtiene un mejor nivel de vida a través del desarrollo productivo y el empleo decente (definición de la OIT) y que siendo las PYMES, quienes representamos el 98,2 por ciento del total de empresas empleadoras y generamos más del 75 por ciento empleo, la sustentabilidad y supervivencia de las mismas es una misión de todos y no solo del empresario nacional PYME.

Los desequilibrios regionales continúan siendo una de las mayores causas de retardo económico y de la injusticia social en la Argentina. La recuperación en la última década -y que se vio abandonada, por este nuevo modelo económico agroexportador- está exclusivamente atada a la recuperación del consumo interno; fortaleciendo una vez más el Mercado Nacional de las diferentes regiones argentinas.

Pero la antinomia entre sector industrial y agro exportador dificulta el fortalecimiento de nuestra estructura económica, atentando contra la creación y el fortalecimiento de un Mercado Nacional Sustentable en el Largo Plazo; y que solo un perfecto equilibrio entre Producción, Distribución, Cambio y Consumo reflejan la unidad de la dinámica económica. Tal unidad no puede excluir a ninguna de las partes sobre todo a las PYMES, sin poner en crisis la lógica de una economía equitativa y distributiva.

Frente a esta situación que amenaza con consolidar sociedades duales, debe realizarse una vigorosa acción por parte de los protagonistas de la realidad Nacional, basada en diagnósticos, estrategias e instrumentos certeros.

La estructura y el funcionamiento de las PYMES son heterogéneos, tal como su cultura y estructura organizacional, por lo tanto la actual revolución tecnológica no se incorpora masivamente en todas ellas; en consecuencia, frena el desarrollo de la presente estructura productiva y de las nuevas actividades propias de la globalización.

En cualquier país del mundo, especialmente en la Argentina, es difícil que los distintos sectores de la población estén de acuerdo en las bondades de las políticas económicas seguidas por un determinado gobierno. El fortalecimiento de las PYMES “sostén del desarrollo socio económico regional” mediante el incremento en la participación de productos no tradicionales con alto valor agregado en el comercio exterior argentino, es una excepción.

Un amplio espectro del país (políticos, trabajadores, empresarios, académicos, profesionales, etc.) se ha pronunciado acerca de la conveniencia para la Nación y las provincias de esta política, la cual deberá dar estabilidad en el tiempo promoviendo el incremento de la actividad productiva en las economías regionales y la consolidación del mercado nacional; mediante la plena utilización de la capacidad instalada.

“Hoy con casi un 40 por ciento de capacidad ociosa en la mayoría de los sectores industriales de la periferia industrial de las grandes ciudades; fijando como objetivo en el mediano y largo plazo la generación de divisas a través de las exportaciones de productos no tradicional con un alto valor agregado y con un adecuado valor de intercambio, no podemos seguir exportando por 400 la tonelada, e importar por 4000 dólares”.

Por lo tanto, empresarios y trabajadores deberemos trabajar e impulsar una política de estado de defensa de la producción y el trabajo argentino que permita asegurar la competitividad en nuestra industria sin vulnerar derechos de los trabajadores. Para esto es fundamental avanzar en la evaluación integral y realizar transformaciones en:

• La formación de precios en cada cadena de valor

• La concentración de los insumos básicos monopólicos

• El costo financiero que tienen nuestras industrias, subordinando al sector financiero para que esté al servicio del sector productivo

• Una reforma tributaria que establezca una segmentación de las empresas Pymes no por monto de facturación sino según su tamaño, sector y por la cantidad de empleo que genera, de esta manera se podrán direccionar mejor los incentivos fiscales y crediticios

• Control del Comercio Exterior creando una comisión compuesta por Cámaras Pymes y representantes de los trabajadores para que la importación de bienes o insumos sean complementaria a las necesidades de nuestra economía y no suplementaria.

• Incrementar el valor de nuestras exportaciones a través de la industrialización de nuestras materias primas. Argentina debe dejar de exportar por 400 dólares la tonelada e importar por 4000 dólares la tonelada y de esta manera generar los puestos de trabajo necesarios.

• Los costos de logística y transporte.

• Los costos de los servicios públicos monopólicos y su incidencia según el sector productivo al que pertenezcan y su relación con la mano de obra que utilizan esas industrias.

Por lo tanto, debemos dejar establecido de manera explícita en el marco de un proyecto de ley y en vistas a proteger la producción y el trabajo argentino que no será factible ningún tipo de proyecto de Flexibilización Laboral, que afecte las paritarias libres o los derechos de los trabajadores.

Es necesario controlar el fraude laboral que se realiza bajo la modalidad de agencias de servicios eventuales, para ello proponemos crear una comisión tripartita compuesta por Cámaras Pymes y representantes de los trabajadores.

El desarrollo de las PYMES impacta en la economía y en la sociedad, en los empresarios y en los trabajadores, en los consumidores y en el desarrollo territorial. El abandono de sus políticas de promoción es un precio muy alto que pagamos todos.

(*) Presidente de CEPBA y Prosecretario General de CGERA

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