Cualquier tipo de deporte no tendría el mismo valor o significado sin las rivalidades históricas que se desarrollan en su interior. En el caso del fútbol eso asume una componente aún más morbosa, puesto que se trata de un deporte de equipo en el que sin embargo llega destacando siempre alguien más en un once y al ser también el deporte más seguido y comercial del planeta.
En los últimos años la mejor rivalidad del fútbol mundial ha sido, y sigue siendo, la entre Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, lo dos cracks que se han repartido los últimos nueve balones de oro y han protagonizado una serie de duelos cruzados sobre todo desde que el portugués viste la camiseta del Real Madrid y ha enfrentado directamente al argentino, jugador del Barça desde siempre.
Después de la asignación por parte de la revista francesa France Football del Balón de Oro 2016 a Cristiano, esta dicotomía se ha visto todavía más reforzada. El portugués se ha adjudicado este premio tras haber ganado la Eurocopa con la selección de Portugal y la Champions League con el Real Madrid, mientras que el argentino ha llegado segundo. El triunfo del madrileño ha sido aplastante: de los 173 periodistas, que tienen derecho a votar a tres futbolistas cada uno, han salido 745 puntos para el luso, mientras que el blaugrana ha conseguido 316. El tercer clasificado ha sido el francés Antoine Griezmann, del Atlético de Madrid, con 198 preferencias.
La gran rivalidad entre los dos, sin embargo, no ha sido tan manifiesta en el último Clásico del fútbol español, aquel Barcelona - Real Madrid que se ha jugado en el Camp Nou el 3 de diciembre pasado y ha terminado 1-1 con goles de Luis Suárez y Sergio Ramos. En el historial de los clásicos, es el argentino quien tiene el mejor promedio goleador (0,65), con 21 tantos en 32 encuentros, mientras que el luso puede presumir de haber marcado en las seis últimas veces en que se enfrentó al Barcelona.
Por otro lado, Messi ha conseguido marcar 4 dobletes y 2 hattrick en los choques contra el eterno rival, mientras que Cristiano ha sido el autor del gol decisivo en la victoria del Madrid en el Camp Nou de la temporada pasada y también del único gol que dio la Copa del Rey a los blancos en el enfrentamiento final en el año 2011.
El número 7 del Real Madrid y el 10 del Barcelona han encendido un fuego que difícilmente volveremos a ver en el fútbol: esta rivalidad atávica ha aumentado la pasión y el fervor en los choques entre los dos grandes de España y el uno ha sido motivado por la presencia del otro para mejorarse continuamente.
Estamos hablando de dos fenómenos que han marcado el fútbol tanto de principios de los años 2000 como el de la historia que vendrá y de la que hablarán los aficionados a este deporte.
