“nosotros no vamos a llegar en condiciones de hacer la renovación y el trasvasamiento generacional necesario para enfrentar a Cambiemos, que si no fuera por errores propios, se nos va a hacer muy difícil ganar. Los dirigentes que fueron a la interna entre el alakismo y el bruerismo fueron dirigenes formados y con trayectoria, pero no hubo renovación alguna”, continuó.

-¿Fue una interna gastada en cuanto a nombres y apellidos?

-Yo creo que nosotros cometimos el primer error, que es dar no darle la posibilidad al dirigente más apto y más potable que hay hoy, que es Julio Alak, que quedó afuera de la interna. El también lo hizo porque priorizó una renovación que finalmente no se dio. Es un error que vamos a pagar caro.

Por otro lado, aunque no tengo el peronómetro ni le voy a discutir a Luis Lugones su trayectoria, creo que nadie contribuyó a que se logre una unidad y llegar con una lista única. Era la única forma de que en el 2019 tengamos alguna chance de llegar a disputar el poder.

-Es curioso: en las palabras, todos los peronistas hablan de un enemigo común que es el “ajuste” y el gobierno de Cambiemos. Pero en la práctica después cada espacio juega en una lista en detrimento de la unidad…

Comparto esa mirada, completamente: no hacemos lo que decimos. Predicamos que tiene que haber renovación generacional. Los que tenemos alguna trayectoria deberíamos haber acompañado a nuevos dirigentes y por eso yo no estuve en ninguna de las listas aunque acompañé a la lista 4, porque para mí Alak era el nombre más indicado. Es una persona que no está procesada y no está imputado en ninguna causa.

-Pero el alakismo finalmente jugó y fue él el que impuso a Carlos Bonicatto. ¿Eso fue un error?

… No sé si fue un error… Julio dijo que ya no eran tiempos para Alak ni para Bruera y Alak no estuvo y Bruera sí, porque Gabriel fue candidato a consejero provincial.

-¿Cómo evaluá la ruptura que hizo Cristina Fernández de Kirchner formando Unidad Ciudadana a la luz de la situación actual del PJ?

-Acá tenemos que hacer dos lecturas. Una es que nosotros el porcentaje de voto cautivo que generaba el escudo dentro del peronismo ya no lo tenemos más. Y el voto cautivo ahora está alineado a Cristina. Pero tenemos que definir si el peronismo se va a reorganizar con o sin Cristina, porque sino va a ser siempre una situación indefinida.

Vos fijate que tanto Verónica Magario, como Daniel Scioli y también Fernando Espinoza han jugado con Unidad Ciudadana y también dentro del PJ como candidatos. Entonces debemos decidir si votamos al escudo del PJ o al “solcito” de Unidad Ciudadana. El camporismo tuvo un rol protagónico, pero es cristinismo, no peronismo tradicional. Fijate que en la elección general si hubiéramos juntado los votos de Cristina y de Florencio Randazzo el volumen de legisladores ingresados habría sido distinto. Ese armado fue prácticamente por La Cámpora y hoy Cristina tiene el 37 por ciento de votos en la provincia de Buenos Aires y a la interna no fue a votar más del 10 por ciento de los afiliados.

Vasta también trazó un panorama de la gestión de Cambiemos a nivel local y provincial, a la vez que se refirió al reciente y conflictivo tratamiento y aprobación de la Reforma Previsional en el Congreso nacional y la Legislatura.

“Lo que hace este gobierno con esta reforma es sacarle plata a los que menos tienen, cuando hay otros sectores de donde sacar ingresos. Cortan el hilo por lo más finito. Eso fue una salvajada. Están gobernando para los ricos, no para los pobres…”

“En la provincia de Buenos Aires están escondiendo la posibilidad de que María Eugenia Vidal vaya por otro mandato en Casa de Gobierno provincial o pelee en dos años por la presidencia. Igualmente no están haciendo obras importantes como escuelas u hospitales”

“En La Plata la situación de Julio Garro está un poco mejor, pero todavía no se ven terminadas las obras hidráulicas y otro tipo de obras que son necesarias para la gente”